La vida es existencia del ser humano, que inicia a partir de la concepción o fecundación, de espermatozoides en óvulos, desarrollados de manera biológica, para nacer, crecer, reproducir y morir; engranado de elementos, no fácil, de descifrar e interpretar, por ignorancia y extraños misterios, que la cubren, pero podemos apreciarla y concebirla, en diversos matices, de acuerdo, a informaciones, modus vivendi y variedades, de: pensamientos, culturas, tradiciones, costumbres; ancestrales, políticas y religiosas; que predomina, en ambiente social.
En la vida convergen factores, que giran y circulan, en diferentes formas y direcciones, derechas y torcidas, razón de que, “cada cabeza es un mundo” y “cada loco con su tema”.
Nacemos llorando, desnudos y nos esperan, con alegría y alborozo, cuando es deseado, contrario a la muerte, nos vamos con la puesta, alegre, dejando atrás, bienes y derechos, adquiridos.
Nos despiden, con llantos, tristezas y depresión. Lo material, cuando se daña, pierde, destruye o extirpa, causa dolor. Sabemos la fecha del nacimiento, en determinados años, pero nunca sabemos, cuando partimos al más allá, por motivo de muerte, que no excepciona, personas algunas, por: edad, color, estatura, facciones, nacionalidad, estrato social etc, como muestra, de que las personas, nacen y mueren, de la misma forma, sin distinción, seguridad privilegios, ni discriminación en supervivencia.
La vida es: comunicación, expresión, emoción y sentimiento; concatenado, con el medio ambiente, que nos ofrece y facilita gratuitamente, los medios naturales e indispensables, que se requiere para vivir: agua, aire, tierra y luz solar; que producen, alimentos y oxígeno, utilizables para desarrollos y transformaciones, técnica y normativas; adecuada a las circunstancias, de servicios y necesidades.
Se reflejan miles, formas y comportamientos personales: positivo, tóxicos, pasivos, espiritual, activos, dramáticas, musical, teatral, paradójico, excitante, melodiosa, efervescente, alegre, pasional y alterada; entre otras.
Pero también está cargadas de misterios: cíclico, sísmico, místico, supernormales, espantos, brujerías, magias, predicciones, sueños, antojos, gustos y muchos más.
“Ay la vida tan bonita que es vivirla. Con amor y compartirla, como manda el creador” inspiración del compositor Marciano Martínez Acosta, interpretada por ‘el Cacique de la Junta’, Diomedes Díaz, en último álbum musical, falleciendo a los pocos días. Canciones, oratorias poemas, arte y filosofía; entre otras, son producto del pensamiento humano, inspirados, en: personas, hechos, naturaleza, amores y todo, lo que nos rodeas, sujeto, a modificaciones y cambios, en actualización.
Nacemos ignorante y en el curso viviente, vamos creciendo, aprendiendo de lo que vemos, observamos y enseñando, a las personas, transmitiendo conocimientos y experiencia. Todos, aprendemos de otras personas y enseñamos a los demás, inconsciente e indiferentes, de grados y especializaciones académicas.
Las riquezas combinadas, con avaricias y egoísmo, es lo peor de la vida, infla egolatría, distorsiona mente, generando comportamiento, de arrogancia y humillación, que causa malestar, repugnancia, y engendra: desmedros, abusos, provocaciones y violencias; enfrentadas y repeladas, con fuerzas y armas, utilizadas, para intimidar, amedrantar y ejecutar, juego perversos, que conllevan, acciones delictivas, cruces bélicos, terror y guerras; que permiten apropiar disponibilidades, derechos y ejercer dominios, asociados a potestades y corrupciones, controladas, con persecuciones y castigos; a contradictores u opositores, maltratando a sus semejantes, que no comulgan, con caprichos, opulencias y bestialidades; considerándolo como objeto y enemigo, irrespetando, dignidad y libertades, personales.
Los acaparamientos, propiedades privadas y títulos financieros, no hace que una persona, sea superior, a otra, aun cuando vivan en abandono y miseria. Las riquezas no garantizan el goce, de larga vida cotizada.
Vivamos en humildad, armonía, cordialidad, fraternidad, originalidad y respeto.
Seamos servicial, en relaciones y entendimiento sociales, atentos y solidarios, participando, cooperando y compartiendo, con los demás.
Respetando diferencias y contradicciones justificadas, que constituyen el condimento, para darle sabor a la vida, amar, emprender, desarrollo y progreso, participando, de manera particular o general, para el mejoramiento de vida, personal y colectiva, que padece de: temor, desestimulo e incertidumbres.
El miedo y hambre, son formas falaces, que usan los malvados, para torturar, doblegar y someter, de manera degradantes y horrorosa, ejercidas por delincuencias, carteles, ejércitos, políticos y religiones; para imponer dominio y prevalecer en absoluto.
La vida sin amor, ni respeto, es caos, anarquías, desprestigios, inseguridad, violencia y tantos males atribuibles; que se originen, por causa del desamor, e indiferencias.
Todos tenemos oportunidad y virtudes, para ser actores en actividades de vida, cultivado registro de antecedentes histórico, prestando servicio, recreando, divirtiendo, correspondiendo con deberes, obligaciones, civismo; apoyando voluntariamente, cuando se requiera a los demás.