En un pueblito cerquita al Valle, tierra de poetas y de paisajes bellos e inolvidables llamado Patillal, Cesar, nació este fulgurante, inteligente y perspicaz personaje, al que todos reconocemos por sus intervenciones claras, radicales y concisas; lleva por nombre: Evelio Daza Daza. Hijo de Juan Antonio Daza Araujo (de raíces vallenatas) y Graciela Daza Oñate (oriunda de Corral de Piedras, corregimiento de San Juan del Cesar).
Sus estudios de primaria los hizo en su terruño amado y su secundaria en Valledupar en el Colegio Nacional Loperena, es bachiller Lopereno promoción 1968, en aquel tiempo de su infancia se disfrutaba de una hermandad total nos dice el Dr. Evelio, todo era de todo el mundo, la gente se prestaba desde los tabacos, hasta las prendas de vestir, y quien tenía yuca y no tenía carne intercambiaba enseguida sin prejuicios ni egoísmos, era una vida sana y pacifica enfatiza mi distinguido invitado, todos tenían sus potreros, sus vacas y chivos, existía una confraternidad impresionante.
Recuerda con orgullo la época en que se hacían las llamadas “recogías”, se construía una casa bahareque, de barro o tablas con la ayuda de vecinos, familiares y amigos, solo era ponerse de acuerdo el día domingo vamos a ayudar a fulanito a levantar su casa, se juntaba un fogón (así decían), se preparaba entre todos unos buenos sancochos de hueso o costillas, con unas botellitas de churro y listo, se le construía la casita de barro a cualquiera, esto denotaba mucho sentido de unión y pertenencia entre los habitantes del pueblo.
La abogada barranquillera Olga María Gutiérrez le regaló lo más preciado de su existencia, una hija, Cilia Rosa, su adoración, y ella por su parte lo ha hecho abuelo en tres oportunidades; son su orgullo, su continuidad, con ella vive en la actualidad, es ingeniera Ambiental, con post grado en medio ambiente, está culminando una maestría, se desempeña como jefe de talento humano en la Alcaldía de Valledupar.
Al terminar su bachillerato tomó rumbo a la capital del país, y por sus excelentes notas y entrevistas pasó enseguida, se destacó a lo largo de su carrera como estudiante distinguido, su promedio siempre alto, este hecho le favoreció muchísimo, tanto así que se gana la beca al mejor alumno, esta es una exaltación que concede la Universidad Nacional a sus alumnos excelentes, al terminar pasó a realizar un post grado en Derecho Penal sin hacer examen, y al día siguiente de culminar su pregrado ya era docente, ó sea la Universidad le pagó el post grado y lo contrató de profesor al mismo tiempo.
Inició dictando la cátedra de Procedimiento Penal. Con apenas 26 años es ascendido a Decano de la Facultad de Derecho de la Nacional, considerado el colombiano más joven en llegar a una Decanatura y no de cualquier Universidad nada menos que la prestigiosísima Universidad Nacional de Colombia; extraordinario logro de este campesino patillalero, un jovencito de provincia ocupando tan alta dignidad, admirable en verdad, permaneció cuatro años realizando la labor de Decano, cargo que desempeñó con decoro y distinción.
Ha dedicado gran parte de su vida a la docencia trabajó también en la Universidad Libre sede Bogotá también Decano en esta institución, en La Gran Colombia, en la Universidad Popular Del Cesar (UPC), y en la Universidad de San Cristóbal de la vecina República Bolivariana de Venezuela como profesor de post grados invitado por el colegio de abogados de Venezuela.
Desde que regresó a Valledupar se ha interesado por los problemas sociales, se considera un veedor natural de esta ciudad, enfatiza que ser ciudadano es no ser indiferente, trata permanente mente de buscar problemas de los que abundan en Valledupar y Colombia y si no los hay los inventa, pero como siempre están ahí no se necesita inventarlos. Actualmente es el presidente de la veeduría de la autopista Valledupar La Paz por la carrera cuarta, obra por la que luchó por muchos años y al fin ya es una realidad, al Dr. Evelio le duele tener que admitir que a Colombia la está matando la peor desgracia de este mundo “la corrupción”.
Le gustan las campañas cívicas comunitarias, describe que permaneció varias décadas combatiendo con la Fundación Festival Vallenato, porque nunca lograba entender como un patrimonio público, de uso público con un área de 28 hectáreas se le hubiera adjudicado a un grupo minoritario de personas para su usufructuacion, eso le parecía inaudito, un escándalo que no se debía permitir, ganó el pleito y afortunadamente consiguió que el Parque de La Leyenda volviese a ser de la comunidad de Valledupar, un gran lote de tierras con un coliseo majestuoso para todos y no para unos pocos, y no se queda ahí dice que todavía falta, todavía queda el Festival en disputa, este evento debe ser organizado por el Estado colombiano a través del consejo de la cultura que está constituido por particulares pero que son gestores culturales, no son funcionarios públicos, pues el festival es patrimonio histórico y cultural de la nación y al ser patrimonio histórico jamás debe ser propiedad de una fundación recalca con vehemencia.
Cuando le hablé de sus reconocimientos me dice, el mejor reconocimiento es que no los busco ni me los hacen, no le gustan las condecoraciones, pero eso si liderar campañas cívicas si, ahí si se las juega todas, las considera un deber ético, por ejemplo, actualmente va a La Paz diariamente velando porque la construcción de la carretera sea un éxito, se dio la pela por más de 20 años por esas tierras que las querían embolatar y no lo permitió; admite que su mayor reconocimiento es haber sido el Decano más joven de la facultad de Derecho de la Universidad Nacional. Ningún Alcalde, ningún servidor público, lo ha reconocido pues siempre está criticando y exigiendo, y si lo llaman para exaltarlo no aceptaría así de sencillo, su autonomía no tiene precio.
Apasionado de la música le fascina el vallenato clásico el de Tobías Enrique Pumarejo, Rafael Escalona, Gustavo Gutiérrez, Beto Daza, Freddy Molina y Octavio Daza, el vallenato actual se ha degenerado así lo considera, ahora cualquiera es compositor de mil canciones, mientras que Escalona no llego a 80 pero claro tremendas obras musicales.
Fue elegido diputado de la Asamblea del Cesar (presidente de dicha corporación) por el partido Liberal, también ha sido candidato al Senado de La República y a la Alcaldía de Valledupar, fue procurador de la Nación Ad-hoc. Para ser elegido a cualquier dignidad se debe llegar con un alto nivel de decencia y autonomía, sin ataduras, para ser candidato manipulado prefiere no serlo, muchos Caciques políticos lo tildan de complicado, porque no se deja manejar.
Su hobby es la lectura, le gusta madrugar, solo se toma una taza de café al día, a la una de la madrugada ya está despierto saboreando su tinto con jengibre, se acuesta muy temprano a las 6:30 o 7:00 pm lo hace, no asiste a invitaciones nocturnas, es seguidor de los hermanos Zuleta, Jorge Oñate y Diomedes Díaz, fue saludado muchas veces por estos tres artistas los mejores del vallenato según su opinión.
Aplica una frase de un filósofo colombiano, Estanislao Zuleta, “elogio a las dificultades”, no se aminora ante las dificultades, todo lo contrario, lo más natural del mundo son los obstáculos, preocúpate si no los encuentras, quiere decir que no estás viviendo la realidad. Cultiva a sus amigos, es defensor a ultranza del estado social y democrático de derecho como la gran alternativa y esperanza para que salgamos de este cáncer que se llama corrupción. Defiende la Constitución, la quiere y la respeta. Su fuerte es el verbo y las audiencias orales.