“Yo soy el gallo javao que a ninguno tengo miedo, ejecuto mi acordeón con entusiasmo y requisito, en la valla de Villanueva o en cualquier valla que sea, puedo hacer una pelea con el gallo más guapito” ‘El Gallo Javao’- Luis Enrique Martínez.
En estos días solo se habla en los chismoseaderos, bochinches, parrandas y reuniones del Festival Vallenato y se ha alborotado la larguísima controversia entre quienes aplauden lo que algunos muchachos están grabando como ‘Nueva propuesta, nuevos sonidos o nueva ola’ y se les escucha decir que ese es el nuevo vallenato porque a los muchachos no se les puede obligar a tocar y/o cantar como ‘Alejo’, Calixto o Abel Antonio, una manera muy liviana para no escuchar a quienes consideramos que lo que se grabe con acordeón, caja y guacharaca pero que no se encuentra enmarcado en ninguno de los cuatro aires identificados, aceptados y adoptados como los auténticos ‘Aires del Vallenato’ hay que buscarles un nombre, porque Vallenato no es, ni se le debe promocionar como tal porque se transmite a las nuevas generaciones el mensaje equivocado de que así es la música vallenata.
Nuestra exhortación es para que no se le diga vallenato a lo que no es, y con esto no pretendo ofender, ni lesionar sus derechos o decir que lo que esos muchachos están brincando por allí no sirve porque cada quien tiene el Derecho Constitucional Fundamental de realizar sus sueños, hacer sus obras y publicarlas como a bien tengan, pero eso no obliga al silencio de sus conciudadanos cuando consideramos que se están cometiendo errores.
Nuestra respetuosa propuesta es que a eso le busquemos un nombre, así evitamos que sea jerga callejera la que definitivamente se los bautice como ya se escucha por todas partes ‘Salchipapa’ que es una comida rápida que a mí no me gusta pero a la muchachada sí y eso es respetable, que no es ninguna palabra repudiable pero que no suena bien; están a tiempo de actuar colocándole nombre a la criatura que hoy parece un producto de vil y punible ayuntamiento, deben emular a los mampanos pretéritos Alfredo, Calixto y Aníbal Velázquez que no obstante ser intérpretes de música vallenata de línea gruesa, nunca le llamaron ni le dicen vallenato a lo que no lo es, ellos inventaron el pasebol, el paseaito, el jalaito y la guaracha pero les dieron el bautizo pertinente, igual debería suceder ahora colocándole, brincadera, desconectado, fusionado etc. como a bien tengan pero entiendan que eso está por fuera de las cuatro sombras tutelares del vallenato.
He escuchado decir que Alfredo en su tiempo hizo lo mismo, es posible que así sea porque en su catálogo encontramos desde vallenato con pinceladas melódicas de la escuela de Luis Enrique Martínez y de Abel Antonio Villa hasta magistrales interpretaciones de canciones clásicas del rock , pero tuvo y tiene la gallardía de reconocer que eso no es vallenato ni lo promocionaba ni lo vendía como tal, y para ilustración de los lectores transcribimos lo que dijo en una entrevista para un programa de TV que conservo desde hace dos años, dijo así: “No hice lo que hacen ahora la llamada nueva ola vallenata que graban una cosa que no es vallenato y porque es tocada con acordeón ya le llaman que es vallenato, y no es vallenato, yo nunca dije que la música que grabé con los Corraleros de Majagual era vallenato, para poder yo grabar vallenatos fue cuando dije voy a hacer vallenatos, grabe los dos romances vallenatos, con los ‘Ojos indios, ojos gachos, ya cambie”.
Igual que lo dicho por Alfredo, comparto plenamente la opinión de Julio Oñate Martínez transcrita textual de una publicación del médico Stevenson Marulanda que tituló “No todo lo que se toca con acordeón es vallenato” publicada el 5 de noviembre de 2014, dije así:
“Es común escuchar, no solamente en la radio sino también en la televisión, a conjuntos vallenatos que interpretan chandés, fandangos, cumbiones, tamboreras, paseaítos y una que otra guaracha camuflada, sencillamente porque los conjuntos que los interpretan incluyen acordeón…
“…Con el fin de que no siga presentándose esta situación, en la que el locutor anuncia como ‘éxito vallenato’ lo que no forma parte de dicha música, se sugiere que digan que se trata de un paseaíto, por ejemplo, o de un chandé, interpretado por ‘el conjunto tal’. En su defecto, si se desconoce el aire musical en que está grabado el número que presentan, es mejor que se limiten a anunciar ‘un éxito del conjunto tal’, sin incurrir en la errónea afirmación de que se trata de un tema vallenato”…
Tal como lo ha manifestado el reconocido investigador, compositor y escritor en el propósito de colocar cada cosa en su lugar los medios de comunicación pueden hacer mucho, por eso cualquiera no puede estar al frente de un micrófono, se requiere un cuidado especial porque la opinión del oyente está en constante retroalimentación con lo que se le está transmitiendo, es el motivo por el cual el Derecho de Informar y de ser informado en forma veraz e imparcial es considerado constitucional fundamental por mandato del artículo 20 superior, la claridad respecto de la confusión que se está propiciando hace imperativo actuar en la dirección que corresponde llamando a las cosas por su nombre y en eso todos los que desde distintas perspectivas opinamos, investigamos e impulsamos la música vallenata tenemos que aportar un granito de arena para la construcción de la claridad al respecto, y que quede claro que con esto no estamos diciendo que los muchachos no tengan derecho a “vivir su tiempo” lo que exigimos es que cada cosa tenga el lugar que le corresponde.
Todos sabemos que los más auténticos intérpretes de la música vallenata en el pasado grabaron y algunos lo siguen haciendo obras musicales que no son vallenatas, como boleros, cambiones, garabatos, chandé y porros que fueron incluidas en los trabajos musicales como exóticas y con fines específicos para llegarle a algunos segmentos de la población, o aprovechar comercialmente temporadas como la carnestolendas, pero a ninguno de ellos les escuche, ni les he escuchado decir que eso es vallenato.
De las anteriores consideraciones no dudo en concluir que el momento es oportuno para llevar esa criatura a la bautismal porque esta ‘Mora’ y sus padres putativos le vienen sacando el cuerpo a sus responsabilidades hace rato, lo grave es que esa criatura hermosa está causando daño confundiendo a la melomanía y no encontramos a quien ponerle las quejas, ojo tenemos el compromiso de Salvaguardia de la Música Vallenata Tradicional y esa tarea no se puede dejar a sus sepultureros que piensan con los deseos.