Impactante confesión pública del presidente Petro en corto término de cuatro meses de mandato que, sin lugar a dudas, comienza a generar preocupaciones, dudas e incertidumbre. El presidente Gustavo Petro fue sincero en autocritica, reconociendo errores tempraneros, sujeto a reacciones y correcciones.
Reconocer errores es saludable.
Lo grave es negarlo, esconderlo, manipularlo, justificarlo, ignorarlo y defenderlo; en obstinación. Los errores no deben consentirse, ni minimizarse, tampoco exagerarse, ni mucho menos repetirlos, porque de aceptarlo y continuar en lo mismo, constituiría complicidad benevolente del Gobierno.}
La Guajira fue el escenario donde el presidente Gustavo Petro expresó desavenencia con funcionarios dependiente por el incumplimiento de orden judicial en atención al problema de desnutrición infantil, relacionado con Sentencia 302/2017, Corte Constitucional, dirigida a frenar las muerte masivas de niños por desnutrición aguda en los indígenas wayuú que habitan los territorios de norte de La Guajira, Uribia, Manaure, Maicao y Riohacha; por desatenciones y responsabilidad atribuidas a instituciones y autoridades competentes que nada han hecho por mejorar el asunto y cumplir cabalmente con la decisión judicial en tragedia humana. Durante el presente Gobierno han muerto 24 niños, lo que causó incomodidad e inconformidad al presidente con LA directora nacional de Icbf.
No se han implementado medidas y medios que garanticen, satisfacer las necesidades apremiantes, suministrando: elementos, equipos humanos y presupuestos; requerido y ejerciendo controles, en registros sistemáticos y plataforma, que se utilicen como medio probatorio. De lo contrario, todo será desorden y aprovechamientos de recursos que desvían para cuentas y bolsillos de quienes ejercen prácticas de corrupciones que no debe ser motivo de asombro porque es habitual en costumbres política.
Los errores no son institucionales sino personales. Es decir, de los servidores públicos que ejercen, manejan, direccionan, contratan, presiden y ordenan ejecutar, acciones y operaciones.
El asunto de La Guajira debe manejarse con mucho cuido, concientizando algunos miembros las comunidades sobre control natal y derechos colectivos que imperan para territorios comunitarios, excluyendo propiedad privada particular, de citadas comunidades, sobre lo cual, nada se dice, ni se hace para regular diferencias, confrontaciones, limar asperezas y beneficiarse; todo por igual, de lo que corresponda al globo jurisdiccional territorial de manera colectiva.
También deben poner de presente gobernadores y autoridades tradicionales a sus habitantes que los alimentos que le entregan y reciban es para consumirlo en familia, no para salirlo a vender, por menos de mitad de precios para consumir bebidas alcohólicas, cuyos autores deben ser castigandos, según normas indígenas vigentes o se denuncia ante autoridades de Policía.
No se puede seguir repitiendo lo que ayer se cuestionaba, criticaba y censuraba; porque entonces ¿cuál es la gracia, el sentido u objeto del cambio si continuamos con los mismos vicios y actores que se necesitan erradicar? De no prevenirse errores y continuar omisiones y desatenciones no faltarán y seguirán los fracasos, sobre todo, si no alinean la dirección del gobierno, de manera coordinada, frenando ruedas sueltas, controlando diferencias tóxicas y de intereses, burocráticos, contractuales y económico.
Es de mal gusto tener representación en el gobierno popular que únicamente le interese buscar beneficios personales, favorecer familiares y amigos, desconociendo obligaciones, deberes y compromisos de campañas para con sus copartidarios y electores que han sacrificado su existencia participativa en política de izquierda. Ahora que ganaron están albergando justas compensaciones participativas ingresando al Gobierno.
El presidente Petro debe evitar al máximo los fracasos designando personas de calidad, confianza y experiencias calificadas para cada vinculación de funcionarios, así como escogió buena parte de los ministros: Hacienda, Relaciones Exteriores, Educación, Agricultura, Interior, Trabajo y Transporte; entre otros.También debe rodearse de aquellos compañeros de lucha popular, glorificándolo en el mandato.
En la Colombia Humana hay mucha gente que puede garantizar apoyo eficiente a lineamientos del programa de Gobierno, Plan Nacional de Desarrollo y administrar instituciones públicas. Están esperando pista para tener la oportunidad de vincularse como está ocurriendo con militantes de otros partidos que integran el Pacto Histórico y los que conforman la coalición mayoritaria en el Congreso.
Esos compañeros anhelaron el triunfo y hoy quieren demostrar fundamentar y materializar los cambios que pregonaban, propusieron y se deben materializar enfocado en el proyecto político Pacto Histórico, responsable de la efectividad positiva o fracaso del modelo político.
Es la ocasión para que la federación política que gobierna cambie las costumbres perversas que nos tiene llevados hasta la coronilla, con miserias, corrupción, violencia e inseguridad; pública y jurídica.
Nota: A mis apreciados seguidores, lectores, directores, familiares, amigos, allegados y conocidos, les deseo unas felices pascuas y venturoso año nuevo en unión confraternal de la familia y la vecindad social, reinando la paz. Me enaltece compartir con ustedes mis artículos de opiniones semanales, contribuyendo con informaciones, ilustrativas y conceptuales. Mi columna regresará de nuevo el próximo año a mediados de enero. Abrazos.