Por Albeiro Guerra Guete
La disposición e iniciativa que tuvo el presidente de la República, Gustavo Petro, en visitarnos durante 7 días con el objetivo de ver e interactuar con los indígenas wayuú de la Alta y Media Guajira para conocer sus necesidades más sentidas como la desnutrición de las niñas y niños, adolescentes y adultos mayores, la falta de suministro de agua potable las 24 horas, la prestación de los servicios de salud de manera eficiente y oportuna; con el agravante de las 348 muertes de niños y niñas, según datos estadísticos del Instituto Nacional de Salud y el Dane, desde 2017 hasta 2022, y 55 niños muertos de lo que va corrido de este 2023, es digno de aplaudir y valorar. Sin dejar de mencionar la falta de oportunidades de empleo.
Es prematuro opinar, pero es bueno estar expectantes de las estrategias y soluciones que planteará la Presidencia de la República para solucionar la tan cacaraqueada crisis de nuestros queridos indígenas wayuú. Se interpreta con la puesta en marcha de la estrategia ‘Por el agua y la vida en La Guajira’, a través de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, donde firmó un convenio por la suma de 92 mil millones de pesos con el Ejército Nacional para adecuación de vías y rehabilitación de molinos de viento, pozos y jagüeyes.
La iniciativa fue presentada en Riohacha por el director de Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, Olmedo López.
Según lo expuesto, inicialmente se llevará agua potable a las rancherías por medio de carrotanques del Ejército, la Cruz Toja y la propia Unidad para la Gestión del Riesgo de Desastres. La iniciativa contempla entrega de alimentos y ya se han entregado a más de 100 mil indígenas en las rancherías. Además, se entregarán las llamadas ‘Ollas Comunitarias’.
Reconocemos esta estrategia como una medida, o mejor, un plan de choque para enfrentar de manera inmediata la situación de hambre y suministro de agua potable.
Esperemos que la otra etapa sea de prestación del servicio de salud e inicie de manera inmediata zonificando las rancherías más alejadas de los centros de salud u hospitales de Manaure, Uribia, Maicao y Riohacha, implementar un sistema de comunicación directa y disponer de Transporte de Ambulancias Medicalizadas, TAM, adecuadas para las inclementes vías de la Alta y Media Guajira. Además, disponer de un helicóptero medicalizado ubicándolo estratégicamente en la base militar de Maicao para los casos de difícil acceso vehicular.
A Dios ruego que esta estrategia denominada ‘Por el agua y la vida en La Guajira’ no se convierta en el famoso cuento: ¿Tú conoces el cuento del gallo capón? ¿Qué si tú conoces el cuento del gallo capón?
Comparto lo escrito en el editorial “Feria del Agua” del Diario del Norte, del pasado 20 de julio. Esta estrategia por el agua y la vida en La Guajira es una parte de lo que denominan los economistas ‘Plan de Choque’. Hay que plantear soluciones de fondo donde se erradique de una vez por todas las crisis de pobreza monetaria y pobreza multidimensional de los indígenas wayuú de la Alta y Media Guajira, entre otras.
Los guajiros queremos ver que el Gobierno central plantee la elaboración de un Plan de Ordenamiento Territorial de la Alta y Media Guajira, compuesto por los municipios de Riohacha, Maicao, Uribia y Manaure; articulado con el PND ‘Colombia, Potencia Mundial de la Vida’.
El objetivo de este Plan de Ordenamiento Territorial es ordenar, planificar y administrar el desarrollo físico del territorio y la utilización del suelo de los municipios de la Alta y Media Guajira. Además, todo debe girar en función de obtener el desarrollo equitativo.
Debido a que el POT no alcanza a planificar todos los aspectos que la comunidad requiere, por lo extenso del territorio de la Alta y Media Guajira, planteamos los Planes Parciales, que son los instrumentos mediante los cuales se desarrollan y complementan las disposiciones de planificación y gestión contenidas en él, permitiendo ordenar el territorio, sobre todo, definiendo su uso, como también definiendo las expansiones y los macroproyectos.
Los Planes de Ordenamiento Territorial tienen tres componentes estructurales en su artículo 28 de la Ley 388 de 1997, la cual señala la vigencia para cada uno de ellos: contenido estructural de largo plazo, contempla al menos tres periodos constitucionales de las administraciones. El contenido a mediano plazo tiene una vigencia de dos periodos constitucionales; y el contenido de corto plazo y los programas de ejecución, como mínimo durante un periodo.
La misma Ley 388 de 1997 señala la participación democrática por parte de los municipios con el fin de fomentar la concertación entre los intereses sociales, económicos y urbanísticos de la población.
Es importante destacar que el POT de la Alta y Media Guajira nos definirá el uso del suelo, estableciendo las zonas aptas para habitar nuestros indígenas wayuú, como también, dónde se ubicarán las construcciones de los proyectos de energía alternativas eólica y solar.
Me gustaría que se planteara la creación de una agencia wayuú que negociara, vigilara y administrara la participación económica correspondiente a los indígenas, por las construcciones de los proyectos de energías alternativas en sus territorios. Debe ser un porcentaje concertado por parte de las empresas que construyen estos proyectos y la agencia wayuú vigilada por los entes de control nacionales. Si procedemos de esta manera evitaremos muchas molestias y conseguiríamos la paz en nuestro territorio.
Si das pescado a un hombre hambriento lo nutres por una temporada. Si lo enseñas a pescar, lo nutrirás para toda la vida.
Dentro de los macroproyectos emanados del POT de la Alta y Media Guajira, planteamos la construcción de centros poblados para los indígenas wayuú de la Alta y Media Guajira diseñados para solucionar de manera integral, participativa e innovadora el ordenamiento del territorio wayuú, fundamentados en fuentes no convencionales de energías renovables, articulando con el PND ‘Colombia, Potencia Mundial de la Vida’: artículo 3, denominado, ejes de transformación y artículo 4. Ejes transversales para garantizar de manera sostenible el derecho a la alimentación, consumir agua potable, mejorar las condiciones habitacionales, adecuadas y prestación de servicios de salud, y acceso a oportunidades productivas para proporcionar vida digna a nuestros indígenas wayuú del departamento de La Guajira.