En cada paso que demos en la vida tenemos que hablar y vivir de una paz estable y duradera. En la cultura de paz hay que poner los corazones amables, sembrar una cultura de supervivencia y convivencia que se base en la comprensión del uno con el otro y en las competencias que gane el mejor. La ideología de la política debe ser al servicio del bien común, y que en un Estado Social y Democrático y de derecho en la prevalencia de interés general y para la paz, con respeto con los derechos humanos, que son los mismos derecho fundamentales (Derecho a la vida, a la convivencia pacífica, a la solidaridad e interculturalidad, comprensión y tolerancia) y estar con Dios en la invocación al Espíritu Santo en la bienaventuranza de los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
En los preceptos del derecho de vivir honestamente, no hacerle daño a nadie y darle a cada quien lo que le pertenece, para que haya justicia y paz. La paz es un máximo de justicia, y que no haya violencia a pesar de que existen adversidades en la vida; debemos evitar esa práctica brutal de la violencia y ser inteligente para evitar los problemas, buscando soluciones, no culpables para ser capaz de inventar la cultura, construirla, fortalecerla, tener latente en el poder de la mente y transmitirla a los demás; buscarle la solución a los conflictos en la cultura de la no violencia y en lo social, mejorando la situación económica, y en un sistema de valores con tejido social de convivencia, para sembrar una cultura de paz que se base en el respeto a la dignidad humana. El artículo 22 de la Constitución del 91 dice: La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento, en cuanto a lo social, obrar de otra manera con un buen trato con las demás que consiste en ser capaz de apreciar el punto de vista de conciliación y de amor al prójimo y que la cultura sea una manifestación de paz Art. 1 numeral 9 de la Ley 397 de 1987 (Ley de la cultura).
En cuanto a la agenda de gobernabilidad desde el PNUD, la ONU al servicio de las personas y las Naciones, el Gobierno está comprometido con el fortalecimiento a las instituciones públicas en todos los niveles, creando confianza entre el Estado y los ciudadanos, y apoyando a la construcción de paz a través de objetivos de desarrollo sostenible, que pongan fin a la pobreza, que no haya hambre, que haya salud y bienestar, que haya educación de calidad, que haya agua limpia y saneamiento básico, que haya energía asequible y no contaminante, que haya trabajo decente y crecimiento económico, que haya reducción de la desigualdad, que haya ciudades, pueblos y comunidades sostenibles; que haya producción y consumo responsable; que haya acción en el medio ambiente para un mejor clima; que haya vida submarina; que haya vida de ecosistema terrestre; que haya alianza para lograr los objetivos en una paz, justicia e instituciones sólidas.
Diálogo de paz: Creemos en la necesidad de construir un país donde los derechos humanos, la convivencia y la reconciliación nacional sea una constante de nuestro diario vivir y seguimos soñando con un legado de paz.
La corrupción también tiene que ver con la paz, la corrupción es política, (corromper es dañar), y es de inconformidad social, y la política debe ser al servicio del bien común. El estatuto anticorrupción, ha sido peor el remedio que la enfermedad.
Puede haber mucha cultura y política, pero con pobreza y hambre no hay paz.