En esta época tecnológica, el debate sobre la libertad de expresión y el respeto a las culturas, como lo reflejan los artículos 20 y 70 de la Constitución colombiana, nos enfrenta a una encrucijada de valores y principios fundamentales.
Por lo anterior, cómo columnista, me veo impulsado a reflexionar sobre estas ideas como cimientos vitales de nuestra convivencia social y política. La tensión entre el derecho a expresar opiniones y la naturaleza de esas opiniones nos sitúa en dos puntos críticos de nuestra evolución, uno, como sociedad y otro, cómo democracia.
Ahora bien, es importante reconocer la distinción que el filósofo español José Antonio Marinas hace entre el derecho a expresar una opinión y la calidad de esa opinión: “Lo que es respetable es el derecho a exponer tu opinión sin que haya una inquisición. Pero, la respetabilidad de las opiniones depende del contenido de las opiniones”. Pienso que esta reflexión nos impulsa a considerar que, aunque todos tenemos derecho a opinar, no todas las palabras merecen el mismo respeto. Aquí reside un desafío crucial para las democracias modernas: promover un ambiente donde se pueda disentir, pero también donde prevalezca la calidad, el respeto y la responsabilidad en esa opinión.
Además, en cuanto al multiculturalismo, señala un punto controvertido pero necesario: “El multiculturalismo, o sea, decir que todas las culturas son respetables, es lo mismo que decir que todas las opiniones son respetables. No lo son ni unas ni otras”. Esto me lleva a una evaluación crítica de las culturas, basada no en un rechazo a la diversidad, sino en un compromiso de esa cultura con valores universales como el respeto, los derechos humanos y la dignidad humana.
También, opina sobre la evolución histórica de las normas sociales y políticas, destacando la Revolución Francesa como un momento clave en la historia humana: “En esta se produce la creación más novedosa de la inteligencia humana cuando se deja a Dios al lado y se llega a la conclusión de que es el ciudadano el que tiene que decirle al legislador qué derechos quiere que plasme en la ley”. Acá, resalta la importancia de la soberanía popular y la participación ciudadana en la formulación de las leyes que rigen una sociedad.
De hecho, en el contexto de la libertad y su percepción en la era moderna, nos muestra preocupación por un aparente declive en el valor que se le da, particularmente entre los jóvenes, influenciados por la dependencia tecnológica y la disminución del pensamiento y opinión crítica. “El aprecio a la libertad en la gente joven está descendiendo en todo el mundo”, considero que esto es preocupante y debe ser abordado en Colombia con urgencia para preservar los cimientos de nuestra democracia.
Adicionalmente, ofrece una visión lúcida sobre el ascenso de China y su desafío a los valores occidentales: “China quiere ser la potencia ideológica mundial, dice que su poder político es mejor que el nuestro. Los occidentales consideramos que el valor más importante es la libertad y ellos dicen que primero es la armonía y segundo la justicia”. Esto me plantea preguntas esenciales sobre el futuro de la libertad y la democracia en un mundo cada vez más influenciado por ideologías y sistemas políticos diversos.
En síntesis, con estas opiniones del autor, los invito a valorar y defender la libertad de expresión, a la vez que los insto a ejercerla con responsabilidad y respeto. Nos recuerdan que nuestra capacidad para evaluar críticamente tanto opiniones como prácticas culturales son esenciales para la salud de nuestras democracias. En este complejo entramado de libertades, derechos y responsabilidades, la opinión crítica y reflexiva es más necesaria que nunca.
Para concluir, intuyo que la libertad de expresión es un tesoro que debe ser custodiada celosamente, pero también ejercida con responsabilidad y argumentos. En un mundo donde las culturas se entrelazan y chocan, donde las ideologías compiten por la supremacía, y donde la tecnología remodela nuestra percepción de la libertad, es imperativo mantener una discusión abierta, crítica y respetuosa.
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