En la historia de la humanidad, los cambios se han hecho unas veces para mejorar, pero en otras para empeorar, teniendo a las fuerzas totalitarias como las principales timadoras que prometen trasformaciones dentro de la sociedad, que luego terminan en un martirio para los pueblos que se dejan engañar al no tener la suficiente capacidad de discernimiento; en atención a lo cual en Colombia el comunismo con sus diferentes representaciones se apresta en las elecciones del próximo año a tomarse el poder, para amartillar una dictadura que acabará desde luego con la alternación en el poder, y por eso tienen alienada a parte de la población con el mito del “cambio”, que será una pesadilla, situación que se ha vivido en varias naciones de la tierra.
Análogamente a lo que sucede en Colombia, Hitler en Alemania con su partido Nazi a principios de la década de los años 30 del siglo pasado, impulsaba la “revolución y el socialismo”, por ese motivo históricamente, también hay que rememorar que los seguidores del comunismo totalitario antes de conquistar el poder aparecen como de izquierda, que buscan la renovación, igualito a lo que hace el candidato que hoy en el país se presenta como progresista o alternativo dentro del Pacto Histórico, resaltando que en los hechos de las dos naciones aparece el “cambio”.
Y ya en el poder el Fuhrer se derechizó al convertirse en dictador, igual a como lo saben hacer los marxistas, casos concretos de Cuba, Norcorea, Nicaragua y Venezuela, o sea que son de izquierda cuando están en la oposición, pero se convierten en la ultraderecha si llegan a la dirección del Estado (de acuerdo a la Revolución Francesa), así que el reduccionismo entre izquierda y derecha para las elecciones de 2022, hay que actualizarlo por el dilema entre democracia o dictadura, representada la primera por las fuerzas republicanas y la segunda por el marxismo leninismo con todas sus marcas, incluyendo desde luego a los idiotas útiles que actúan de mala fe o por ignorancia.
Con la misma leyenda que están echando los marxistas y sus cómplices, acerca de que hay que cambiar la oligarquía que lleva más de 200 años, fue que Hugo Chávez se montó en el poder en Venezuela y los resultados están a la vista, con un país que después de 22 años de socialismo del siglo XXl está en crisis humanitaria, en donde millones de jóvenes tienen que salir a naciones vecinas para rebuscarse la vida, pidiendo limosna o prostituyéndose, como lo vemos en diferentes regiones de Colombia. Hay que ponerle cuidado a las propuestas de “cambio”, principalmente las comunistas.
La internacional comunista de Foro de Sao Paulo le ha funcionado bien al totalitarismo en Latinoamérica, y aunque algunos países se han podido librar de semejante bestia apocalíptica, Colombia está en la mira y para ello los movimientos y partidos que apoyan a Gustavo Petro están en ese conciliábulo, y las Farc y Eln fueron fundadores del Foro de Sao Paulo, por ello Colombia está en una encrucijada y deberá definir su futuro.