El compositor Candelario Antonio Zuleta Tejedor, nacido en Becerril, Cesar, el ocho de enero de 1933, está que no cabe de la alegría porque se dará a conocer al haberle grabado siete canciones de su autoría que incluyen los cuatro aires vallenatos, y entregar un libro con 80 poemas titulado ‘Talentos perdidos’.
Él, quien estudió hasta segundo elemental, sabe el verdadero significado de su hazaña y el esfuerzo que hizo para lograr su objetivo producto de las experiencias vividas. “El talento estaba escondido, pero llegó el momento de darlo a conocer. Nunca es tarde porque ahora la felicidad la tengo sembrada en mi corazón, como agricultor que soy, y hasta me han salido las lágrimas que tenía empeñadas”, expresó muy serio Candelario Zuleta.
El legendario compositor, quien tiene más de 200 canciones, y ninguna se la habían grabado, pertenece a la dinastía Zuleta. Es hijo de Mario Zuleta Salas, quien era tío de Emiliano Zuleta Baquero. Precisamente el viejo Emiliano lo quería tanto que le puso el nombre a uno de sus hijos.
El investigador, historiador y compositor Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa, sobre Candelario Zuleta Tejedor, quien es su paisano y amigo, indicó. “Doy fe de que Candelario es fiel miembro de la dinastía Zuleta. Desde mi niñez lo conocí porque Candelario era compadre de mi papá y visitaba constantemente nuestra casa. Lo he admirado porque sus versos le salen con una facilidad para componer paseos, merengues, sones y puyas. Nunca se le ocurrió poner a grabar sus canciones, pero le llegó el momento y es un gran suceso para el mundo vallenato. Estoy seguro que Candelario Zuleta, gran gestor cultural y cívico de Becerril, por su edad y talento clasifica para ostentar el Récord Guinness”.
A la edad del compositor no es fácil seguir alimentando el folclor vallenato, pero el padre de Seín Alfonso, Sobeida Rosa, Carmen Otilia, Juan Bautista y Victor Saúl Zuleta, lo hace con honores y con ese amor musical que nunca ha perdido.
“Siempre a la hora de componer canciones o escribir poemas tengo lista la flecha en el arco. Soy inquieto y observador para inspirarme sobre diferentes tópicos, pero todo ceñido al vallenato tradicional respetando las costumbres. Es muy lindo cantarle a una mujer con respeto poniéndole una flor en su corazón. Además, que se sienta halagada y no ofendida. Las mujeres son el adorno más bello de la Tierra”, dice Candelario.
Siguiendo con su relato y con una lucidez extraordinaria contó que dentro del ramillete de canciones aparece una llamada ‘El arte musical’, donde cuenta su propia historia.
“Desde que era un niño me ha gustaba componer
por entretenerme y pasar la vida contento,
al pasar los años es que he puesto a ver
que he debido hacerlo con juicio y fundamento,
porque me he dado cuenta que en el arte musical
la base principal es la memoria y el talento”.
Desde siempre, el veterano Candelario se enrumbó por el camino del acordeón, la caja, la guacharaca y los versos que son la esencia de una música que nació en los corrales y hoy es el alma musical de Colombia.
Siete canciones
La misión para escoger siete de las 200 canciones para llevarlas a la grabación no fue tarea fácil porque hacen parte de su testamento. Candelario Zuleta cerraba y abría los ojos hasta que después de varios días se cerró ese ciclo. Ya después en el estudio de grabación estaba metido en otro mundo para hacer las pistas.
Esa fue una maravilla porque por primera vez escuchaba su voz metida en una máquina de un poco de botones, como la llamó, y teniendo al frente un micrófono grande. “Es grandioso lo que estoy viviendo gracias a Dios. Un logro que nunca esperé, pero que se hizo realidad”.
Las canciones que se grabaron para la producción musical ‘’Mi cosecha’ son las siguientes: ‘La vecina’ (paseo), ‘La condolencia’ (paseo), ‘Hombre solo’ (puya), ‘El avión’ (merengue), ‘Se enluta el folclor’ (paseo), ‘Mi arte musical’ (son) y ‘El aliciente’ (merengue).
La grabación estuvo a cargo del cantante y guacharaquero Luis Alberto Suárez Leiva, conocido como ‘Chaveto’ y el acordeón de Sergio Armando Suárez, ‘Checheo’.
“Para nosotros fue un alto honor contribuir con este sueño del maestro Candelario Zuleta. Hicimos un bonito ejercicio musical nunca visto en la música vallenata. Se grabó vallenato puro, hecho por un hombre lleno de años donde prima la autenticidad de las historias vividas”, contó ‘Chaveto’ Suárez.
Hombre sencillo
La sencillez y claridad mental de Candelario Zuleta se le nota no más se entabla un diálogo. Saluda más de una vez, nunca niega un abrazo y sus respuestas son claras. En sus palabras denota su pensamiento avanzando donde da cátedra de cómo es la vida desde su punto de vista. “No me arrepiento de no dar a conocer mis canciones, pero al que le van a dar el guardan y si está frio se lo calientan. En el tiempo ideal llegó la hora de entregar la cosecha”, dijo Candelario Zuleta con esa emoción donde las notas de un acordeón le hacen coro a su pensamiento.
En medio de todas las sonrisas juntas, Candelario Zuleta comentó que en el trabajo musical aparece una canción triste llamada ‘Se enluta el folclor’, dedicada a Consuelo Araujonoguera. Entonces cantó unos de sus versos.
“Consuelo, tú fuiste la bandera, el pedestal que cruzaste fronteras llevando el Festival. Lo digo sin embrujo, lo digo en mi cantar que Consuelo Araújo fue el alma del Festival. Por culpa de un impío y su mano bandolera, ha quedado un vacío que solo llenaba ella”.
La cosecha de canciones está lista para que todos degusten ese manjar folclórico donde el vallenato tradicional es el Rey de Reyes.