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La pluma dorada en esta ocasión plasma la página en blanco con la tinta fina de su pensamiento, inspirada en una de las poblaciones rurales más bellas del sur de La Guajira, un territorio que guarda en su piel, uno de los lugares más sagrados, de la tierra donde es costumbre entregar el corazón, el mágico manantial de Cañaverales, ese que en sus silenciosas corrientes permite a propios y ajenos ver su profunda y pura existencia.
Cañaverales es una pequeña población del municipio de San Juan del Cesar, que se encuentra al pie de monte de la serranía de Perijá, quienes se dedican a la agricultura, a la ganadería y por supuesto por su ubicación y por su importante aliado el manantial, es un lugar visitado por algunos.
Pero podríamos decir que pese a tantas bondades, esta población ha sido un poco vulnerada, poco visible y valorada, pues el tiempo cuenta, que no han habido iniciativas por parte del Gobierno y de sus mismos líderes, por abanderar proyectos que permitan que este lugar, no solo sea visto como última opción para visitar o apoyar.
El cálido trato de su población, es lo que ha conservado su existencia, que aún se conserven los pocos sueños, que se plasman en la letras sentidas de los grandes compositores de esta población, los hermanos Moya, la esperanza del campesino que hoy vuelve a recobrar la vida, renace para ellos nuevas visiones de progreso y desarrollo, con una empresa que desde su llegada le ha generado al pueblo nuevos tiempos. Creen que San Isidro, su santo patrono, al que celebran cada fin de año, escuchó sus ruegos, los sacó del castigo que los abrazaba con los brazos del olvido y la indiferencia de propios y ajenos, BCC, empresa minera que llegó para ser esa luz que ahora ilumina su existencia, la luz que pensaron no prendería jamás para ellos, esa posibilidad de volver a creen en el desarrollo para sus hijos, una empresa que viene sembrando en sus corazones la esperanza que no conocían, que se volvía sombra y vacío, una empresa que pese a que aún no opera, que no se está llenado los bolsillos, trabaja al servicio de las comunidades en muchísimos temas, las empresas eólicas deberían tomar claro y cercano ejemplo de BCC, empresa que está en San Juan, hacen varios años al servicio de Cañaverales.
Se podría decir, que fue la que permitió que esta población, de este bello municipio de San Juan del Cesar, La Guajira, sea ahora atractiva ante aquellos que no daban un peso por esta población, frente a aquellos que existen solo para ser barreras y buscar sacar ventajas económicas, frente a su supuesta lucha en salvaguardar el manantial, la pregunta es, ¿Por qué operan cuando la empresa busca su licencia? pero desaparecen para otro tipos de daños y abandonan al manantial y no hacen nada frente a la conservación de este, ni antes, ni ahora, ni lo harán nunca, en cuanto a la contaminación que sí hacen muchos desadaptados, por lo que es claro pueblo, pueblo de Cañaverales, es hora de organizarse para protestar frente aquellos que buscan que la única esperanza que tengan, sea el olvido y la indiferencia.
Despierta y apoya a quien te viene apoyando pueblo, tu tienes la palabra, y el que venga a pretender ser tu voz, que venga a darte soluciones también de progreso, si no hacen esto, que dejen trabajar a quienes de verdad buscan darte progreso, emprendimiento, aquellos que como BCC, generan desarrollo y progreso, y si lo hacen sin estar ganando, imagínese los compromisos sociales que tendrían para todos los cañaveraleros y la población sanjuanera. De ustedes depende que sigan o se vayan. Aquí no se trata de un solo lado de la moneda, es importante conocer ambas caras.