Ya son inaguantables las alzas continuas de los productos de la canasta familiar. Los precios se disparan en forma aritmética, inclusive inalcanzables para muchos grupos poblacionales que con el cacaraqueado salario mínimo deben imitar a ‘Cocoliche’ hacer maromas con los tristes $1.160.000 y ello si los reciben a tiempo.
Dentro de un grueso número de las bien llamadas ‘amas o gerentes de casas’, las enfermedades coronarias entre ellas la hipertensión se han disparado debido a lo estresante que se ha tornado la hora de mercar y los hombres no escapan a esta situación, pues en su mayoría son los encargados de generar los ingresos para sustentar la economía familiar.
Lo preocupante de las constantes alzas de precios es la poca accesibilidad a los alimentos de alto valor proteínico sobre todo la proteína animal que es la más completa en cuanto a contenido de aminoácidos esenciales “componentes básicos de la proteína” como la isoleucina, valina, leucina, fenilalanina, treonina, metionina, histidina, lisina e isoleucina, los que encontramos en la carne de cerdo, ternera, pollo, salmón, atún y sardina, entre otros.
En un año muchos de estos productos han alcanzado récord histórico en su precio de mercado. Los anteriores aminos los menciono porque de los 22 conocidos, estos 9 no pueden ser sintetizados por el propio cuerpo por lo tanto le deben ser suministrados externamente mediante el consumo de proteínas o carnes que son sustancias constructoras y reparadoras.
Cuando existe poca o nula ingesta de aminoácidos el grupo más afectado son los niños y madres gestantes, su deficiencia se refleja en poco crecimiento; cabello seco y quebradizo; hiperactividad; problemas de conducta; dificultades de aprendizaje o retraso mental; rechazo de la carne y otros alimentos con muchas proteínas; aumento del tamaño del hígado; tamaño pequeño de la cabeza.
En groso modo, el sinónimo de muerte en la niñez guajira ‘desnutrición’. De ahí el documental ‘Los paisajes del hambre en Colombia’ ya mencionado por este columnista en escritos anteriores.
Por lo anterior, proyecto las siguientes sugerencias al momento de mercar, a las anegadas y magas ‘amas de casa’ que aún subsisten con los ingresos de un salario mínimo: decirles que las proteínas realizan la mayor parte del trabajo en las células y son necesarias para la estructura, función y regulación de los tejidos y órganos del cuerpo y su consumo es de carácter obligatorio diario para el individuo y estas, están presentes en los alimentos de origen vegetal y animal. A diferencia que la proteína de origen animal posee todos los aminoácidos esenciales, requisitos para un buen crecimiento y desarrollo del ser. El consumo diario de proteína oscila 0.8 y 1 gramo/kilo de peso corporal al día.
Ahora bien, lo que usted señora ama de casa o también amo de casa puede hacer para mejorar la nutrición en su hogar, es una compra de la canasta familiar mas equilibrada en cuanto a productos como fuente de proteínas.
Después de las carnes (ternera, pollo, pavo, queso, huevos, pollo, pescados, mariscos, atunes, sardinas, jamón, leche, conejo y otros animales de monte, chivo, cordero, etc.,) los “granos o leguminosas” como los frijoles, soya, lenteja, garbanzo, habichuelas, maní, son la mayor y mejor fuente de proteína.
El secreto está en combinar a la hora de consumirlo con algo de proteína animal, llámese un huevo, leche, queso, u otro. No tenga miedo de utilizar partes de las menudencias del pollo o las vísceras de res, chivo o cerdo, que resultan muy económicas, pero con sus propiedades nutricionales abundantes. Así usted estará proporcionando en su ‘restaurante’ familiar, una alimentación balanceada.
Un plato servido modelo al almuerzo sería: sopa o caldo de verduras al gusto, una porción de arroz tres o cuatro cucharadas de lenteja guisada, un huevo estrellado o en perico, astilla de yuca, fruta o jugo con fruta rica en vitamina C.
Por otro lado, las leguminosas (granos) además de ser proteicas, son ricas en carbohidratos, vitaminas B1, B2, B3, B5, B6 y un poco de vitamina C, minerales como hierro, calcio, magnesio fósforo, potasio, zinc y alto contenido de fibra vegetal.
A diferencia de la proteína animal, no contienen colesterol ni grasas saturadas, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Adicionalmente, son bajas en sodio, principal causante de problemas de hipertensión y son muy fácil de digerir pudiendo prepararse de diferentes formas.
En reconocimiento del valor que tienen las legumbres, el 20 de diciembre de 2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó, en su resolución A/RES/68/231, 2016 como Año Internacional de las Legumbres.
La celebración del año, coordinada por la FAO, creó mayor conciencia pública sobre los beneficios nutricionales y medioambientales de las legumbres en la producción sostenible de alimentos.
Entonces, a balancear la alimentación diaria con el consumo de granos.
¡En labios del ‘filósofo’ de La Junta (La Guajira) él diría: se las dejo ahí!