Pescaíto es una República. Su fundación, desarrollo e importancia para Santa Marta hacen de este sector algo especial, emblemático y único en el concierto de la costa Caribe colombiana. Tal vez nos digan que no es una verdadera República. Aceptamos esta observación pero no renunciamos a llamarlo ‘nuestra patria chica’.
En este barrio, un notario o cronista de la microhistoria se extasiaría si intentase desentrañar la idiosincrasia de sus habitantes. No solo hay que recalcar que Pescaíto es una parte vital de la ciudad que muestra como monumento la primera catedral católica erigida en Colombia. También se recuerda que esta bella villa acogió al Libertador en sus últimos días. Son marcas que nadie puede borrar, y que Santa Marta exhibe con orgullo. Pero en la historia reciente de la ciudad hay que señalar el paso de personas cuyo altruismo y compromiso con la sociedad no pueden soslayarse. Es el caso de Alain de Jesús Manjarrés Padilla, a cuya memoria dedico estas notas.
Nació Alain Manjarrés el 22 de marzo de 1965. Desde niño dio muestras de su inclinación hacia lo cultural. Comprendió que sus dotes —poco manifiestas entre los jóvenes de su edad— podrían contribuir al bienestar social de su entorno. Esta convicción lo acompañaría toda la vida. Por ello se inició en las artes escénicas: fundó y dirigió los grupos estudiantiles ‘El remo’ y ’La escoba’ entre los años 1980 y 1983. Más tarde, fue actor y coordinador del grupo teatral ‘Relax’, de la Universidad del Magdalena. Incrementó sus conocimientos pedagógicos en la Escuela Normal María Auxiliadora, donde obtuvo el título de Maestro. Tal vez ese fue el paso que lo impulsó para acometer con más bríos y resolución inquebrantable el anhelo de servir a la sociedad y a crear instituciones destinadas al bien común. Fue así como en 1994 fundó y dirigió el colegio Instituto del Norte. Su dinamismo lo llevó a convertirse en edil cultural y comunitario entre los años 2001 y 2007. Durante este período fundó el colegio Centro Pedagógico Intelecto; además, el Centro Cultural de Pescaíto.
En forma somera, señalamos otras actividades que Alain Manjarrés cristalizó para resaltar la importancia de su barrio: Organizó el Dominical del recuerdo salsero, que se inició en el año 2005 y continúa vigente. Impulsó el Renacer del Carnaval de Pescaíto en el 2006. Fue elegido presidente de la Junta central del Carnaval de Pescaíto desde el año 2010, hecho que fue tenido en cuenta por la Sociedad Bolivariana del Magdalena para recibirlo como miembro de número en dicha corporación. Impulsó el Primer Festival de Tamboras de Pescaíto, 2007. Miembro fundador y presidente de la Fundación Fundapescaíto. En el 2021 participó en el diplomado ‘Pescaíto vive y emprende’, organizado por la Fundación La perla, patrocinada por Carlos Vives; en este concurso fue finalista con su emprendimiento Cantar de Tamboras.
Alain Manjarrés, además de líder fue un mentor de la cultura. Su compromiso desinteresado permitió la formación de nuevas generaciones de creativos. Implementó programas destinados a sembrar y a desarrollar valores en los jóvenes. De esta manera, los ideales de este pescaitero emprendedor tendrán cumplimiento en un promisorio futuro. Para ello tuvo siempre a su lado a Darling Luna Luna, incansable gestora cultural, poeta y declamadora, quien creó el Carnaval Infantil de Pescaíto, el Encuentro cosmopoético y la Fiesta de la poesía infantil (Sintana y Aluna), entre otros eventos.
Los méritos de Alain Manjarrés Padilla son numerosos. Es importante destacar algunas de las distinciones que adornan su excelente palmarés: Personaje del Caribe 2013, por la Organización de Periodistas Independientes del Caribe. Gran Cruz de Bastidas 2016. Su legado será conservado por su hijo Dilan Manjarrés Luna, psicólogo, maestro y amante de la música sinfónica. Stifany Manjarrés Egea, sobrina de Alain, también velará por la conservación de tan preciado patrimonio cultural.
Son muchas las ejecutorias que identifican a Alain Manjarrés con la esencia del barrio Pescaíto. Pero, sin duda, el Pescaíto Dorado (‘El premio de la gente’) es el galardón que más reafirma en la mente de los samarios la imagen de este cultor que dedicó su vida al rescate de los valores locales. Con esa estatuilla —que este año se entregará por vigesimoquinta vez— se destaca y premia a personajes que han sobresalido en los diversos escenarios de la vida. La influencia de este premio trasciende las fronteras de Santa Marta y de la costa Caribe colombiana. Sería prolijo mencionar en estas notas los nombres de quienes lo han recibido. Solo agradecimientos tenemos para Alain quienes fuimos distinguidos con su amistad y su generosidad ilimitada. Descansa en paz.