Un reto grande que tenemos como sociedad es aceptar a los demás como son, aceptar que cada quien es distinto, tiene que ser un motivo por el cual debemos luchar, estamos carentes de eso, de valores, juzgamos solo porque no estamos de acuerdo con cierta postura, tenemos que aceptar a todos y todas con sus virtudes y sus defectos; somos diferentes sí, pero también desde las diferencias se construye el país que queremos. Hemos pasado por mucha violencia, un problema que no acaba todavía, hemos vivido etapas que Colombia nunca va a olvidar, se traslada de generación tras generación y todavía no aprendemos que es nuestro deber reconciliarnos como sociedad para que el país se cure de tanto odio y resentimiento, es un reto grande.
Para muchos es normal que en la política se valga todo, que los ataques personales primen y que los insultos manden la parada, pero no debe ser así, el mensaje debe ser distinto, ese mensaje que hay que impregnarle a la gente debe ser de paz y de unión y más en el momento que vivimos, las ideas, las propuestas y el debate con respeto son los puntos que tienen que prevalecer en una contienda política, no queremos más peleas, queremos soluciones, no es posible que si el propósito y la finalidad que todos tenemos sea el mismo, que Colombia salga de la crisis en que está, nos maltratemos unos a otros, simplemente porque estamos en lados opuestos, a pesar de las diferencias que se tengan en la mesa tenemos un punto en común que pasamos por desapercibido y consiste en garantizar todos los derechos establecidos en la Constitución a los colombianos y colombianas, desde ahí podemos comenzar a formar y más aún cuando en los diferentes sectores políticos hay mucha gente buena y capacitada para direccionar el país.
Todos podemos apreciar que en medio de esta disputa electoral los ánimos cada vez están más altos, los odios empiezan a florecer, las calumnias, las mentiras y las verdades salen a flote, lo que percibimos son ataques de todos los lados y pocas las propuestas, por eso de manera autónoma los insultos hay que rechazarlos no importa su autor, además vemos un país donde muchas personas son racistas y excluyentes en pleno siglo XXI, parece que no aceptan la diversidad que hoy hay en Colombia por naturaleza, aclarando que no es todo el mundo los que realizan estas acciones antisociales, vengamos de donde vengamos tenemos derecho a escribir nuestra historia.
Hay quienes deben de entender que esto ya no es de izquierda ni de derecha, ni de liberales ni de conservadores, es un debate que sobrepasa esos lineamientos, por cierto, una recta que nos divide desde siempre; los problemas no tienen lado, el hambre y la pobreza no son de ningún tipo de posición, ni ideología, estos problemas necesitan son acciones para poder superarlos y no tantas excusas y culpables. respetemos la democracia, ese derecho que tiene todo el mundo de elegir donde quiere estar, de decidir por quién votar, pero esta también consiste en el respeto a la opinión y las decisiones de los demás, la democracia es libre y participativa, la responsabilidad recae en nuestros actos y de cómo tratamos al distinto que NO es nuestro enemigo, cambiemos el mensaje de la política, no todo vale. Vote por el que usted quiera, pero respete al otro, aceptémonos como somos.