La reforma laboral, aprobada en segundo debate por la Cámara de Representantes, ha suscitado tensiones entre las bancadas del gobierno y la oposición.
Las críticas más duras vinieron tras la eliminación de artículos que protegían a los trabajadores rurales, lo que generó un fuerte pronunciamiento del presidente Gustavo Petro, quien cuestionó la falta de equidad en el país.
Por su parte, gremios empresariales han manifestado su preocupación por el aumento de los costos laborales, mientras que la oposición advierte sobre posibles efectos negativos de los nuevos contratos de aprendizaje; el proyecto, ahora, enfrentará un debate complejo en el Senado.
La reforma promete mejorar las condiciones de diversos trabajadores, incluyendo a aquellos vinculados a aplicaciones digitales, quienes ahora contarán con reglas claras de protección en el sistema de seguridad social.
Además, la ampliación de la licencia de paternidad es un avance relevante, pues permitirá una mayor participación de los padres en las primeras semanas de vida de sus hijos, fomentando el equilibrio de cargas entre hombres y mujeres y, potencialmente, reduciendo la discriminación laboral contra las mujeres.
Otra medida destacada es la facilitación de la formalización laboral de migrantes, eliminando las trabas de vinculación a la seguridad social sin importar su estatus migratorio.
No obstante, Lo negativo de la reforma de la reforma sería que eleva significativamente los costos laborales, lo que dificultará la formalización y contratación, especialmente para las pequeñas y microempresas, que constituyen la mayoría en Colombia. Se estima que los costos laborales podrían incrementarse un 16% debido a recargos nocturnos y dominicales, lo que podría fomentar la informalidad y reducir los horarios de operación en algunos negocios, afectando también las ventas.
Asimismo, algunas disposiciones, como el aumento de la jornada dominical o las licencias adicionales por salud femenina, podrían desincentivar la contratación de mujeres, añadiendo una carga financiera a los empleadores.
Por último, para muchos, esta reforma no responde a las verdaderas necesidades del país. Aunque presenta mejoras en algunos sectores, deja fuera a una gran mayoría de trabajadores, especialmente a los jóvenes y a aquellos con menos educación, perpetuando la exclusión laboral.