El alerta se encuentran los inmigrantes venezolanos radicados en Bucaramanga y el departamento de Santander, ante la aparición de varios panfletos que anuncian una «limpieza» dirigida contra esa comunidad.
En uno de los documentos, firmado supuestamente por el Bloque Central de las Águilas Negras, se le acusa a los extranjeros de «gamines y ladrones» y les anuncian que «van para el piso».
Sin embargo las intimidaciones no paran allí. También van dirigidas contra los ciudadanos colombianos que les den posada y les ofrezcan empleo. A los comerciantes que tengan venezolanos entre su personal, les dan un ultimátum de 48 horas para despedirlos y reemplazarlos con trabajadores nacionales.
Gobierno rechaza amenazas
Tras conocer la situación en Bucaramanga, el Gobierno Nacional se pronunció en contra de los panfletos a través de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez.
«Queremos ser muy enfáticos: cualquier amenaza contra la vida de la población venezolana o colombo-venezolana, constituye un delito. Por tanto, los responsables de esos panfletos tendrán que afrontar consecuencias judiciales», dijo la vicepresidenta.
«La delincuencia en Colombia es inaceptable, cualquiera sea la nacionalidad. No podemos permitir que se estigmatice a los venezolanos, pero tampoco que haya delincuentes que se amparen en nuestra generosidad, para llegar a delinquir. Aquí no hay espacio para el odio ni para la xenofobia», agregó Ramírez.
Por otra parte, el embajador de Venezuela en Colombia (delegado por Juan Guaidó), Humberto Calderón Berti, le pidió a las autoridades colombianas iniciar una investigación para identificar a los responsables de las amenazas.
«Agradeceríamos que las autoridades competentes (…) tomen las medidas de seguridad necesaria para impedir que se ejecuten acciones contra la integridad física de ciudadanos colombianos o venezolanos que conviven en ese territorio», dijo Calderón en una carta enviada al canciller Carlos Holmes Trujillo.