El asesinato de Sara Millerey González, mujer trans de 32 años, ocurrido el pasado 6 de abril en el municipio de Bello, Antioquia, ha generado no solo indignación por su carácter violento, sino también una ola de amenazas contra periodistas que han seguido el caso de cerca.
El diario Q’Hubo Medellín denunció que uno de sus reporteros ha sido víctima de intimidaciones tras la publicación de un reportaje sobre el crimen. Las amenazas, enviadas por medio de WhatsApp, redes sociales y llamadas telefónicas, incluyen mensajes cargados de odio y violencia explícita. En uno de ellos, incluso se advierte que comenzarán a “matar periodistas” y se menciona directamente al comunicador que aparece en un video difundido por el medio.
Frente a esta grave situación, Q’Hubo activó sus protocolos de seguridad internos y presentó denuncias ante la Fiscalía General de la Nación y la Policía Nacional. El periódico reafirmó su compromiso con la verdad y la libertad de prensa, rechazando tajantemente cualquier tipo de amenaza: “Haremos todo lo posible para que este hecho no quede impune”.
El crimen de Millerey ha generado múltiples expresiones de rechazo en el país. En ciudades como Cartagena, colectivos realizaron actos simbólicos como velatones, y organizaciones como Caribe Afirmativo reportan que, en lo que va de 2025, al menos 28 personas LGBTIQ+ han sido asesinadas en Colombia.
A su vez, el Colectivo Diverso Trans-Formando Ciudad denunció recientemente otro intento de transfeminicidio en Medellín, lo que evidencia un preocupante aumento de la violencia contra esta comunidad.