El alto comisionado para la paz, Otty Patiño, lanzó una dura crítica a la dirigencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN) a través de una carta abierta en la que los acusa de planear el asesinato de Álvaro Jiménez, jefe negociador del Gobierno en los diálogos con el Clan del Golfo.
En el documento de siete páginas, Patiño también exhorta a la guerrilla a demostrar una voluntad real de paz, advirtiendo que “la paciencia no es eterna ni la generosidad infinita”.
La carta, dirigida a los comandantes Antonio García, Pablo Beltrán y alias Pablito, señala que el plan contra Jiménez habría sido decidido durante el Sexto Congreso del ELN, en junio de 2024; según Patiño, esta reunión marcó el deterioro de las posibilidades de un acuerdo, reafirmando la doctrina bélica del grupo armado y descartando un pacto con el actual Gobierno.
El texto también aborda la separación del bloque Comuneros del Sur, un frente del ELN que, en mayo de 2024, decidió desvincularse del comando central para negociar de forma independiente con el Gobierno. Patiño denuncia que esta fractura interna desató una campaña de amenazas y señalamientos contra Jiménez y él mismo, acusándolos de fomentar la división dentro de la guerrilla.
“La calumnia, la mentira y el sicariato moral sustituyeron el camino de la verdad y la comprensión”, expresó el comisionado, quien destacó que ocho fuentes confiables han confirmado la decisión del ELN de atentar contra Jiménez.
En su carta, Patiño remarca que la incapacidad del comando central del ELN para entender la importancia de la «territorialización de la paz» ha profundizado la crisis interna del grupo; además, les exige definir si optan por continuar con la violencia o por una paz real: “A finales de enero sabremos cuál es la decisión del ELN”.
La respuesta del ELN a las acusaciones ha sido reiterar que el Gobierno, según ellos, ha fomentado la división interna, en particular con el bloque Comuneros del Sur. Pablo Beltrán, jefe de la delegación insurgente, afirmó en 2024 que estos actos han generado una “desarticulación” y calificó las acciones del Gobierno como una traición.
En este contexto, la carta de Patiño representa un ultimátum en el marco de las tensas negociaciones de paz, un esfuerzo que enfrenta serios desafíos en la recta final de la administración de Gustavo Petro.