La Iglesia Católica se sumó a las peticiones que desde varios sectores de la sociedad colombiana le han hecho al Comité Nacional del Paro para que reconsidere la realización de grandes movilizaciones contra las políticas económicas del Gobierno Nacional este miércoles 28 de abril.
A través de un comunicado, la Conferencia Episcopal de Colombia pidió que “que suspendan las marchas y concentraciones programadas para mañana 28 de abril”, porque “en este momento crítico a causa de la pandemia, representan un gravísimo riesgo para la vida y la salud de todas las personas”.
Además la Iglesia expresa que si bien la protesta social en un derecho legítimo de los ciudadanos, hay que recordar que “ante la situación que afrontamos y los perjuicios que pueden derivarse para la salud pública, lo más recomendable es no recurrir a las marchas y concentraciones presenciales”.
La Iglesia aseguró que su posición no es la de suprimir el derecho a la expresión popular de las necesidades y aspiraciones, “sino de encaminarlas por medios acordes con las urgencias que la pandemia nos impone”.
Y ante las actuales condiciones de salud pública, la Conferencia Episcopal recordó que “prima el derecho fundamental a la vida y es necesario anteponer el deber de cuidar la salud de todos”.
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