Más de 2.500 hectáreas cultivadas de banano en el departamento de La Guajira detuvieron esta semana su producción, por el permanente hostigamiento de las bandas delincuenciales hacia los productores y trabajadores del sector.
Asbama, la Asociación que agrupa a los productores y comercializadores de los departamentos del Magdalena, el Cesar y La Guajira, hace nuevamente un llamado a las autoridades, a los gobiernos departamentales, y principalmente, al Gobierno Nacional para que intervengan de forma inmediata en el departamento de La Guajira, con el fin de proteger la integridad de los trabajadores y la continuidad de los cultivos.
“El hostigamiento por parte de los grupos delincuenciales a los empleados y productores del sector bananero es una realidad que exige la intervención inmediata y contundente, por parte de las autoridades y el Gobierno Nacional. Durante años, comercializadores de banano en la región Caribe han realizado y continúan haciendo inversiones importantes en materia de seguridad privada, desarrollando un trabajo de forma conjunta con las autoridades, pero nada de esto parece ser suficiente para detener las constantes amenazas de estos grupos delincuenciales y garantizar la seguridad de las personas que trabajan en el sector”, manifestó José Francisco Zúñiga Cotes, presidente Ejecutivo de Asbama.
Cabe destacar que el banano es el principal producto agrícola de exportación del departamento de La Guajira, que está representado en más de 2.500 hectáreas cultivadas, y es una fuente de empleo formal para más de 2.800 personas, quienes durante esta semana no han podido trabajar por las constantes y crudas amenazas a las que se han visto sometidos por parte de los grupos delincuenciales que operan en la zona.
Esta crisis se suma a la ocurrida el pasado 14 de noviembre, cuando miembros de grupos ilegales al margen de la ley se presentaron armados en dos fincas, amedrentando a los trabajadores y provocando graves incendios a las empacadoras, dejando pérdidas millonarias.
De continuar esta situación, los productores de las fincas bananeras de la región advierten que se verán obligados a cerrar en forma definitiva sus operaciones, perjudicando a cientos de familias que tienen como única opción de ingresos la producción bananera.