El Dane reveló los resultados de pobreza monetaria de 2020 y su impacto en los hogares de las diferentes capas sociales, según un estándar internacional de ingresos per cápita.
De acuerdo al Dane, en Colombia la clase alta está conformada por personas cuyo ingreso per cápita supera los $3,520.000 mensuales, la clase media la componen aquellos que tienen un ingreso per cápita entre $653.781 y $3,520.000 al mes, los vulnerables son aquellas personas dentro de los hogares con ingreso per cápita entre la línea de pobreza (menor a $331.688) y $653.781 mensuales, y finalmente, los pobres se definen como aquellos con un ingreso per cápita inferior a la línea de pobreza monetaria, que para 2020 se fijó en $331.688.
Vale la pena aclarar que el ingreso per cápita no es lo mismo al salario, sino el ingreso total percibido por cada hogar, dividido por su número de integrantes de forma proporcional.
Así, un hogar compuesto por cuatro personas, en el que dos de ellas reciben mensualmente $2 millones ($4 millones en total), y dos no perciben ingresos, tiene un ingreso per cápita de $500.000 por cada integrante, lo que implica que están en condición vulnerable; un hogar de 6 personas, donde solo una tiene un ingreso de $1.8 millones, estaría conformado por 6 personas pobres, dado que su ingreso per cápita sería de $300.000 mensuales.
De acuerdo a estos resultados, la población pobre de Riohacha (la de menores ingresos) creció en 12.8% entre el periodo 2012 a 2020 ubicándose en un 57.1%, lo que indica que más de la mitad de los riohacheros son pobres, es decir, tiene un ingreso per cápita inferior a $331.688 mensuales.
La población clasificada como vulnerables, es decir, clasificada entre clase media y pobre, se redujo en un 5.8% ubicándose en un 26.4% La población clasificada en clase media se redujo en un 6.4% ubicándose en un 15.9%, y la clase alta, es decir, la de más ingresos, se redujo en un 0.6% ubicándose en tan solo un 0.5% del total población del Departamento.
Qué quiere decir esto: que en el periodo 2012 a 2020 la población de mayores ingresos descendió en la escala social, al verse reducidos sus ingresos, y hubo un desplazamiento masivo de población a categoría de población pobre.
Si esta es la radiografía de Riohacha, centro y motor de la economía del Departamento, cuál será la situación de los demás municipios?
Cuando una región tiene desarrollo económico y social, lo que se espera es que la población pobre se reduzca y se desplace a categorías superiores, (vulnerable, clase media y alta respectivamente), en la medida que a través de emprendimientos productivos y la generación de empleos de calidad el ingreso per cápita se incremente, trayendo como consecuencia bienestar social y mejoramiento de la calidad de vida.
Esta sería una clara señal de que se están haciendo las cosas bien, pero cuando el resultado es todo lo contrario, los ingresos se deterioran y la población de mayor ingreso se desplaza al rango de menores ingresos (mayor pobreza), es señal de que algo se está haciendo muy mal.
Uno de los resultados más sorprendentes es que entre 23 ciudades capitales evaluadas, Riohacha ocupa el último lugar con menor población clasificada en clase media, ingreso per cápita entre $653.781 y $3,520 millones al mes con 15.9% de su población en este nivel.
A nivel de clase alta, Riohacha vuelve a ocupar el último lugar, el país concentra la menor cantidad de población clasificada en esta categoría (ingreso per cápita superior a $3,520 millones al mes), con tan solo un 0.5% de su población, mientras que Bogotá representa el 4.6%, Medellín un 3.6%, Tunja un 2.5%, Cali y Manizales un 2.3% de su capa social.
A nivel de población vulnerable, aquellos que están en el borde entre clase media y pobre, y que dependiendo de las circunstancias se puede mover a una clasificación o la otra, Riohacha se ubica en el sexto puesto nacional entre 232 ciudades capitales.
Finalmente, Riohacha presenta la segunda tasa más alta de población clasificada como pobre, (ingresos per cápita inferiores a $331.688 mensual), después de Quibdó.
Un hecho que preocupa aun más es que ciudades vecinas como Santa Marta presenta un 55.1% de población pobre y Valledupar un 53.3%, lo que explica que tenemos un fenómeno regional que está afectando a La Guajira, el Cesar y el Magdalena.
¿A dónde nos debe llevar estos datos? a que en La Guajira debemos replantear la visión del desarrollo, claramente la senda que hemos seguido no nos está llevando a buen puerto, el deterioro de la masa social es demasiado evidente y lo más grave es que se ha aceptado como algo normal, que como si fuera un destino ineludible.
El presente y futuro de La Guajira no puede seguir siendo este, las instituciones y los sectores económicos tiene un gran responsabilidad para transformar rápidamente estas duras realidades, para ello, urge revisar si los actuales planes de desarrollo, las estrategias y las instituciones están orientadas para lograr esto, de lo contrario, se les invitan a revisar y modificarlas.
Tanto la Gobernación de La Guajira, como las alcaldías de Riohacha, Maicao, Villanueva, San Juan del Cesar y Corpoguajira, vienen siendo acompañados por la Función Pública para rediseñar sus actuales estructuras orgánicas y administrativas, vistas como herramientas para incidir en el desarrollo del Departamento, estos rediseños deben ser agresivos, innovadores, darle un vuelco total al actual estatus quo, apuntarle a lo realmente importante, reducir la pobreza, que es la madre de todos los males.
Si estas instituciones, y otros sectores como las universidades, la Cámara de Comercio, las empresas no se revisan y ajustan sus misionalidades y las metas, y aprenden a trabajar conjuntamente, estas cosas no cambiarán.