La Juez Primero Penal del Circuito de Riohacha, Nayke Yanina Pimienta Reverol, promulgó la primera condena en wayuunaiki, a un indígena wayuú que ha sido judicializado por la justicia ordinaria.
Según la juez, para poder entregar el primer fallo en lengua materna wayuú, se tuvo en cuenta la cosmovisión propia y compartida, la cual se fundamenta casi como principio a nivel cultural, territorial y cosmogónico.
Al hoy condenado, Luis Enrique González González, lo hallaron penalmente responsable del delito de favorecimiento de contrabando de hidrocarburos, aplicándole una pena principal de 60 meses de prisión y multa de 150 salarios mínimos legales mensuales vigentes.
Para la togada, quien es de la casta Jaya’ariyu, es fundamental entender que en Colombia, la Jurisdicción Especial Indígena permite a los pueblos originarios la administración de su propio sistema de justicia y leyes.
No obstante, dichos sistemas de justicia indígenas no pueden ir en contravención con lo establecido en la Carta Magna de Colombia, las leyes nacionales y los derechos humanos.
“En línea con lo mencionado, en la vida wayuú se distinguen cuatro elementos esenciales descritos como ‘los mundos’ del indígena wayuú, a saber: el mundo humano, el sobrehumano, el natural y el sobrenatural: El primer mundo, el mundo de lo humano conjuga todo un sistema de parentesco y territorialidad, por el cual algunos individuos llegan a situar su ancestralidad y el significado de sitios sagrados como pueden ser los cementerios, jagüeyes o en ‘ojos de agua’. En relación al mundo sobrehumano, se hallan aspectos estrechos a la espiritualidad y su representación en los sueños, característica última que ejerce un papel fundamental para la vida y las acciones.
Los sueños inciden significativamente en el sistema motivacional del individuo, y finalmente, en la toma de decisiones, razón por la cual, el estado onírico del indígena wayuú se convierte en todo un espacio ancestral de diálogo no sólo con su propia existencia sino con familiares ya muertos, casi siempre en virtud de alertar potenciales peligros en vida, lo que conlleva a realizar rituales de purificación con baños específicos o la contra (lanía en wayuunaiki) entendido como símbolo de protección”.