En un evento que contó con la participación de más de 80 personas de la comunidad indígena Kayuswaaralu y Naleep de la Alta Guajira y la presencia de Aydee Marsiglia Bello, viceministra de Vivienda, se anunció un avance del 90 % en la construcción de la primera vivienda del proyecto Miiroku que beneficiará a la familia de Keila Epieyu, conformada por siete personas. Las otras 29 viviendas integrales ya iniciaron su construcción.
“Como Ministerio de Vivienda es muy satisfactorio participar de este tipo de proyectos que responden a las necesidades reales de quienes los van a habitar. Para el Gobierno es muy importante escuchar la voz de las comunidades. Nosotros nos sumamos a este esfuerzo porque entendemos que la vivienda más que un resultado es un medio para todas las comunidades y tiene un propósito y unas necesidades específicas. Para nosotros proyectos de esta naturaleza son los que se necesitan, viviendas diferenciadas que respondan a las necesidades de un país tan diverso como Colombia”, explicó la Viceministra de Vivienda.
La construcción de las viviendas inició en julio, bajo un modelo innovador que reconoce las tradiciones culturales de las comunidades indígenas y la geografía del territorio para proponer estructuras que permiten recoger la mayor cantidad de agua lluvia posible, un recurso fundamental y escaso en la región, y posteriormente filtrarla con el sistema entregado por Aquavida (programa de la Fundación Grupo Argos) para que sea segura y apta para el consumo humano.
“Nos duele profundamente saber que casi cinco millones de familias en nuestro país no tienen acceso a una vivienda digna. Con Miiroku y a través de nuestro emprendimiento social, ‘Casa Para Mí’, queremos demostrar que es posible tener una vivienda bien hecha, modular e industrializada, que no solo resista las adversidades del clima, sino que también honre las raíces y el conocimiento ancestral. El bahareque y el yotojoro, son mucho más que materiales, son la herencia viva que queremos preservar. Soñamos con despertar una nueva conciencia en Colombia, que entienda que no importa lo remoto que esté una comunidad, sus sueños son los mismos: tener un hogar digno, propio, un refugio donde las familias puedan crecer y prosperar”, resaltó Juan Esteban Calle. presidente de Cementos Argos.
María Camila Villegas, directora ejecutiva de la Fundación Grupo Argos, detalló que uno de los valores agregados de este proyecto, es el trabajo articulado realizado por más de un año con la comunidad indígena wayuú para entender su cultura y costumbres.
“Este ha sido nuestro propósito con Miiroku, lograr que cada una de las familias reconociera su identidad en las viviendas y que puedan convertirse en verdaderos agentes activos en la transformación de su territorio”, exaltó.
Precisó que de igual manera, incorpora amplios espacios comunitarios y zonas comunes que duplican los establecidos para las viviendas prioritarias. Este diseño busca mantener las costumbres de sus habitantes como la presencia del yotojoro, chinchorro o hamaca como el mobiliario principal.
“Desde la Fundación Santo Domingo y nuestra línea de desarrollo territorial, promovemos proyectos de alto impacto que impulsan el desarrollo urbano y social de las comunidades en el Caribe. Por ello, estamos convencidos que con Miiroku, no solo estamos construyendo viviendas dignas, sino que estamos promoviendo el bienestar de las familias, preservando las tradiciones culturales e impactando en la salud y la cohesión comunitaria. Así, fortalecemos el tejido social de La Guajira y brindamos nuevas oportunidades para las generaciones presentes y futuras”, anotó Juan Diego Céspedes, director de desarrollo urbano e inmobiliario de la Fundación Santo Domingo.
Este proyecto icónico en Colombia es el resultado de un trabajo articulado con la comunidad para fomentar el empoderamiento y la implementación de materiales naturales y locales para lograr estructuras resilientes y sostenibles, que soportan las condiciones climáticas y reconocen las tradiciones y la cultura de sus habitantes.
“El proyecto Miiroku se ajusta perfectamente a nuestra Misión La Guajira y por lo tanto nos unimos con entusiasmo a esta alianza para expandir nuestro compromiso con las comunidades wayuú en la Alta Guajira. Este proyecto contribuye a cumplir con uno de nuestros objetivos de impulsar el desarrollo sostenible y el bienestar de estas comunidades. Nos llena de satisfacción saber que estamos haciendo una diferencia real que le aportará al presente y futuro de la Alta Guajira y que casi 300 personas tendrán mejores condiciones de vida en vivienda y abastecimiento de agua”, mencionó Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, presidente de las juntas directivas de Grupo Aval y Corficolombiana.