Tras 29 años de dedicación y servicio, Lirnan Tomás Carrillo, conocido cariñosamente como «El Palle Carrillo», ha decidido retirarse de su labor como sepulturero del cementerio municipal de Villanueva.
Durante su trayectoria, Carrillo fue testigo de múltiples momentos de la historia del municipio, incluyendo períodos de violencia y la pandemia del Covid-19.
En una emotiva entrevista, recordó la dificultad de su labor, la cual describió como «más riesgosa que cualquier otro trabajo», y resaltó la importancia de contar con vocación de servicio para desempeñarla. «El cementerio vivió de mí, y yo viví del cementerio», señaló con gratitud el sepulturero.
Carrillo comenzó su trabajo en 1996 con un contrato firmado por el entonces alcalde Jorge Juan Orozco Sánchez. A lo largo de los años, subsistió gracias a trabajos como la venta de lotes, exhumaciones y el mantenimiento de bóvedas. Su labor no solo consistió en enterrar a los difuntos, sino también en cuidar y preservar el camposanto en condiciones dignas.
Uno de los momentos más dolorosos para “El Palle” fue la violencia que golpeó a Villanueva, cuando vio partir a muchas personas jóvenes «en un tren sin regreso».
Asimismo, destacó el miedo que sintió durante la pandemia, ya que, al ser el encargado de las sepulturas, debió trabajar en condiciones de alto riesgo, sin protección adecuada y alejado de su familia por precaución.
En cuanto a la labor de la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas en el municipio, Carrillo informó que actualmente en el cementerio de Villanueva reposan cerca de 40 cuerpos, los cuales se encuentran en los osarios, en espera de identificación y reclamación por parte de sus familiares.
«Me voy tranquilo, contento, con la satisfacción de haber servido a mi pueblo y con la esperanza de que los que quedaron en el osario encuentren a sus seres queridos», expresó Carrillo al despedirse de su trabajo.
Su retiro marca el final de una era para el cementerio municipal, dejando un legado de entrega, resiliencia y compromiso con la comunidad de Villanueva.