La cáscara de coco, un residuo agrícola común en el departamento de La Guajira, ha revelado un nuevo potencial en un estudio realizado por el grupo de investigación Destacar de la Universidad de La Guajira. Este hallazgo no solo ofrece una solución ambientalmente amigable para la absorción de gases de efecto invernadero, sino que también promueve la economía circular al reutilizar este material de desecho a través de prácticas ecosostenibles.
La investigación exploró el uso de carbones activados hechos de la concha del fruto para capturar dióxido de carbono (CO2) y metano (CH4). Además examinó cómo diferentes factores afectan la estructura y propiedades de estos potenciales purificadores de aire, y evaluó su capacidad para absorber los gases en escenarios con diversas condiciones. Los resultados sugirieron que esta puede llegar a ser una solución viable para reducir el efecto invernadero y por ende, contribuir a la mitigación de aspectos negativos del cambio climático.
La cáscara de coco, un residuo agrícola común en el departamento de La Guajira, ha revelado un nuevo potencial en un estudio realizado por el grupo de investigación Destacar de la Universidad de La Guajira. Este hallazgo no solo ofrece una solución ambientalmente amigable para la absorción de gases de efecto invernadero, sino que también promueve la economía circular al reutilizar este material de desecho a través de prácticas ecosostenibles.
La investigación exploró el uso de carbones activados hechos de la concha del fruto para capturar dióxido de carbono (CO2) y metano (CH4). Además examinó cómo diferentes factores afectan la estructura y propiedades de estos potenciales purificadores de aire, y evaluó su capacidad para absorber los gases en escenarios con diversas condiciones. Los resultados sugirieron que esta puede llegar a ser una solución viable para reducir el efecto invernadero y por ende, contribuir a la mitigación de aspectos negativos del cambio climático.
Este proyecto nació de la tesis de grado de la estudiante de Maestría de Gestión Integral frente al Cambio Climático de la Universidad de La Guajira, Yury Flórez Hernández. Además contó con la colaboración de Juan Carlos Moreno Piraján, docente, codirector del estudio y miembro del grupo de investigación Sólidos Porosos de la Universidad de Los Andes, institución que dispuso de su infraestructura para el análisis de las muestras y el intercambio de conocimientos durante el proceso de carbonización de la concha.
Según la academia y desde una perspectiva social y ambiental, esta investigación impacta desafíos actuales que enfrenta La Guajira, como sequías y aumento de temperaturas. Este método para capturar y almacenar CO2 y CH4 con cáscara de coco no solo mitiga estos efectos, sino que asimismo ofrece beneficios económicos a las comunidades agrícolas locales al crear oportunidades mediante la valorización de esta materia prima.
La Universidad de La Guajira mantiene su compromiso con la sostenibilidad y la protección del medio ambiente. A partir de estos prometedores resultados, el grupo Destacar planea emprender nuevas investigaciones para optimizar este proceso y explorar otras soluciones ecológicas en aras de contribuir a un futuro más verde.
Con información de Uniguajira