Esta problemática que ya ha sido denunciada por los dueños y administradores de locales de comidas, sigue en aumento pese a que se han incrementado en las últimas semanas las ayudas a la población venezolana, por parte de organismos internacionales.
“No entendemos si existen tantas ayudas, aún nuestros negocios a las afueras están llenos de niños pidiendo comida, incomodando a los clientes quienes ya han expresado el desagrado de no poder compartir un almuerzo con tranquilidad”, anotaron.
Aseguran los comerciantes que para ellos es infructuoso pedirles que se retiren de sus negocios porque hacen caso omiso y cada día representan una molestia para el normal desarrollo del establecimiento puesto que los clientes al salir o entrar se topan con más de 10 personas con sus respectivos niños pidiendo.
“Es lamentable y no tenemos como frenarlo, hemos pedido el apoyo de las autoridades pero tampoco hemos sido escuchados y además de eso es una situación de humanidad porque si piden es porque tienen hambre, pero para nosotros se ha vuelto un dolor de cabeza y en muchos casos los clientes no llegan para evitar pasar por esa incomodidad.
Esta situación no se observaba en Maicao en los restaurantes del centro de la ciudad, se veía en las ventas nocturnas de comida en especial en el barrio Boscán, pero desde la llegada de venezolanos se está presentando y en su totalidad son personas del vecino país”, expresó el propietario de un restaurante.
Pero no solo en el centro está ocurriendo esta situación denunciada, los negocios que funcionan en horas de la noche están en iguales o peores condiciones. “En los alrededores de las ventas de comidas en el barrio Boscán es un desfile de niños, niñas, adolescentes y adultos durante todo el tiempo que el local esté abierto al público. Los clientes se quejan, pero es algo que se sale de las manos y no tenemos cómo controlar, lo mucho que podemos hacer es decirle que se retiren, pero eso no es suficiente porque dan la vuelta y regresan y todos los días es lo mismo presentándose de mayor forma los fines de semana y con más presencia de población infantil”, dijeron.
Así las cosas, los comerciantes piden la intervención de las entidades que tienen que ver con la protección de los menores, ya que según afirman, en su mayoría son niños y jóvenes enviados por sus padres.