Leris Acosta, una mujer barranquera diagnosticada con hipertensión pulmonar desde 2011, falleció tras meses de clamar públicamente por los medicamentos que nunca le fueron entregados por su EPS, Cajacopi. Su muerte, confirmada por la Federación Colombiana de Enfermedades Raras, fue consecuencia directa de una descompensación producto de la falta de tratamiento, lo que ha desatado una ola de indignación en redes sociales y entre organizaciones defensoras del derecho a la salud.
La historia de Leris se hizo viral en octubre de 2024, cuando publicó un video denunciando que llevaba ocho meses sin recibir sus fármacos esenciales. “Siempre es una barrera que me colocan”, decía con voz débil, mientras relataba cómo su salud se deterioraba y había pasado semanas hospitalizada sin recibir respuesta de la EPS.
Tras conocerse su fallecimiento, activistas, familiares y ciudadanos han lanzado duras críticas contra el Gobierno Nacional, la EPS implicada y las entidades de control. Etiquetas como #MuerenPacientes han inundado las redes, acompañadas de mensajes dirigidos al presidente Gustavo Petro, al Ministerio de Salud, la Defensoría del Pueblo y organismos internacionales como la CIDH.
La Fundación Ayúdanos a Respirar, que acompañó el caso, afirmó que lo ocurrido con Leris Acosta representa un fracaso del sistema de salud y una promesa incumplida con La Guajira, “una región que iba a ser prioridad en defensa del derecho a la salud”. Su caso se suma al clamor por una reforma urgente que garantice tratamientos oportunos a pacientes con enfermedades de alto costo y complejidad, quienes siguen esperando justicia y atención.