Por Iliana Curiel Arismendy*
Hoy 26 de agosto, se conmemora el Día de la Niñez y Adolescencia Indígena en Colombia
En junio de 2023, los colombianos fuimos testigos de un emocionante rescate: cuatro niños indígenas habían sobrevivido 40 días en las densas selvas de Guaviare. La niñez indígena nos brindó una lección de supervivencia, evidenciando una resiliencia excepcional en medio de la vulnerabilidad.
¿Qué debemos resaltar para cerrar las brechas de inequidad y desigualdad en la niñez indígena? ¿Qué tesoros están ocultos en estas comunidades? En este día dedicado a la conmemoración de la niñez y adolescencia indígena en Colombia, quiero destacar las habilidades de desarrollo psicomotor, cognitivo y emocional de estos niños y adolescentes, a pesar de las adversidades que enfrentan en sus contextos culturales.
A continuación, exploraremos las ventajas que los niños y niñas indígenas poseen en medio de la vulnerabilidad, ventajas que podrían influir en la toma de decisiones políticas para la infancia y ofrecer una oportunidad para la preservación cultural.
Conexión con la naturaleza: Los niños y niñas indígenas mantienen un vínculo profundo con la naturaleza y su entorno. Participan en actividades al aire libre, como la caza, la pesca, la recolección de alimentos y la agricultura. Estas actividades promueven habilidades de coordinación motora, agilidad, resistencia e interacción sensorial con su entorno. La conexión temprana con la naturaleza fomenta un profundo respeto y aprecio por el medio ambiente, convirtiéndolos en guardianes de su tierra y recursos, lo que contribuye a la sostenibilidad y conservación de sus territorios.
Juegos tradicionales: Estos juegos no solo brindan entretenimiento, sino que involucran movimientos físicos, danzas, rituales y juegos que fortalecen la coordinación y la agilidad. Además, refuerzan el vínculo con sus raíces culturales y transmiten conocimientos ancestrales a las nuevas generaciones. Los juegos tradicionales no solo enseñan diversión, sino también pensamiento lógico, planificación y toma de decisiones, inculcando valores culturales y éticos
La crianza colectiva: Este enfoque provee a los niños una red de apoyo extendida, inculcando valores de cooperación, solidaridad y respeto hacia los demás. A través de esta crianza colectiva, se transmiten conocimientos, tradiciones y valores culturales, desarrollando resiliencia y adaptabilidad ante los desafíos en un entorno de apoyo.
La interacción intergeneracional: Esta conexión profunda entre generaciones permite que los niños aprendan de los ancianos, líderes comunitarios y adultos. Esta relación es fundamental para prepararlos para futuros roles de liderazgo, transmitiendo conocimientos, tradiciones, valores y habilidades esenciales para la identidad cultural y el desarrollo integral de los niños indígenas.
Conocimientos Tradicionales: Los conocimientos abarcan áreas como la medicina tradicional, la agricultura, la conservación ambiental, las artes y la espiritualidad. Estos conocimientos ayudan a mantener viva la herencia cultural y fortalecen el sentido de pertenencia de los niños a su comunidad. A través de la solución creativa y adaptativa de problemas, se utilizan soluciones basadas en la experiencia acumulada.
Enfoque en la familia y comunidad: La participación activa de los niños en actividades cotidianas, como la preparación de alimentos y la recolección de agua, fomenta la colaboración, la responsabilidad y el desarrollo psicomotor. Contribuye a que los niños y niñas desarrollen un sentido fuerte de cohesión y solidaridad. La educación no se limita a la escuela, sino que involucra a toda la comunidad en la transmisión de conocimientos y valores.
Acción urgente: En este contexto, es fundamental que las autoridades y la sociedad reconozcan la importancia de estas habilidades en medio de la vulnerabilidad. Es necesario que se tomen acciones concretas y compromisos duraderos para proteger y promover los derechos de la niñez y adolescencia indígena en La Guajira. Es hora de trascender los discursos y las promesas, y tomar medidas reales que garanticen un futuro más justo y equitativo para estos jóvenes portadores de una historia milenaria y una promesa inquebrantable. La grandeza de La Guajira reside en su diversidad y en el corazón latente de su niñez y adolescencia indígena. Si verdaderamente creemos en un futuro más justo y equitativo, es nuestro deber colectivo velar por el bienestar y el desarrollo integral de estos jóvenes que son portadores de una historia milenaria y una promesa inquebrantable.
*Mg Salud Pública. Investigadora de Brújula: Centro de Investigación, Innovación y Observatorio de Salud y Bienestar.