Un deprimente y paupérrimo resultado dejó en el país la reciente consulta del Partido Liberal Colombiano en donde se demuestra que la terquedad de dos precandidatos les generó a los colombianos un gasto por encima de 40 mil millones de pesos y en donde no acudieron a las urnas el millón de ciudadanos. Consideramos inaudito que Humberto de la Calle y Juan Fernando Cristo le hayan hecho gastar a la nación esa gruesa suma de dinero con el fin de satisfacer un capricho político de las partes que al final terminarán abrazados, pero que hasta hoy no sabemos si Humberto de la Calle va a llegar al final de la contienda.
El debate del pasado domingo le generó al pueblo colombiano un desgaste eleccionario y una fatiga al elector porque el 2018 es un año netamente político debido a que se tiene programado realizar las elecciones al Congreso de la República y a la Presidencia, mientras que no sabemos si en La Guajira se realicen nuevas elecciones a Gobernación o Alcaldía de Riohacha.
Consideramos que la consulta del Partido Liberal fue un hecho inoficioso en donde cogieron 40 mil millones de pesos que se gastaron y lo tiraron al pipote, pudiendo el país con ese dinero solucionar problemas graves que son de corte social, especialmente la hambruna que está matando a los habitantes de algunas regiones como La Guajira, Chocó y otros sitios en donde el hambre campea y se pasea por el lomo de la desidia.
Invocando un poco a la fábula ‘La zorra y las uvas’, podemos decir que después de tremendo gasto inoficioso, por lo menos se descartan dos precandidatos de cerca de 40 que existen en la actualidad y que por lo menos ya sabemos quién es el candidato del Partido Liberal. Para el caso del representante del Centro Democrático, nos resta decir que Álvaro Uribe tiene bien organizado a su circo en donde no desgastó al país ni a los colombianos, sino que el candidato se hará mediante encuesta que ellos mismos pagarán, situación que la vemos muy positiva porque es el Centro Democrático quien va a decidir la escogencia del candidato presidencial del uribismo.
Esperemos que la izquierda también utilice su propio mecanismo de escogencia de candidato presidencial, mientras que el Cambio Radical definió desde un comienzo su representante, aunque tenga el sofisma de sus aspiraciones por firma. Al final del proceso de 40 precandidato creemos que el tarjetón para la presidencia llegue a 6 aspirantes. Ahora bien, no sabemos cuál es el caballito de batalla que tendrán los candidatos, siendo la paz y la guerra el discurso del pasado, pero que ahora la paz con miedo será lo que defenderán algunos de los aspirantes al solio de Bolívar.