Duele el alma cuando se transita por la ciudad de Riohacha en medio de obras que se trabajan a medias porque ni siquiera los contratistas son capaces de utilizar adecuadamente las señales de aviso para advertirles a conductores y transeúntes, cómo deben moverse en la capital de La Guajira.
Las fuertes lluvias que siguen cayendo, muestran cómo de manera rápida ciertos barrios se inundan por la falta de un alcantarillado pluvial que le ha sido negado a la ciudad.
La obra del nuevo puente del Riíto no termina muy a pesar de que fue habilitada por la Administración Distrital.
La invasión del espacio público es el pan nuestro de cada día, solo es llegar a la zona del mercado viejo para observar cómo cada uno hace lo que le da la gana.
Los conductores de motos siguen irrespetando las señales de tránsito, llegando a zonas prohibidas y generando todo un caos en la ciudad.
Varios parques como el de los Remedios, ubicado en la calle 13 con carrera 17, se encuentran en manos de personas de la calle que interrumpen de alguna manera la presencia de los moradores del sector.
Los basureros satélites siguen aumentando, y el mal manejo de las basuras por parte de la ciudadanía es otro detonante que en nada ayuda para mostrar una ciudad limpia y amable con el medio ambiente.
Esta radiografía revela que es urgente que el alcalde del Distrito Genaro Redondo Choles, ejerza la autoridad en situaciones como la invasión del espacio público, las basuras, el irrespeto por las señales de tránsito donde existen mecanismos legales que ayudarían a un poco de control.
Debe también el mandatario recuperar la confianza ciudadana, clave para avanzar en el orden que necesita la ciudad porque de lo contrario el descontrol será total.
La ciudadanía y los gremios juegan un papel importante en lo que se reclama insistentemente, por lo que es el momento de contribuir desde la crítica sana, respetuosa y acompañada de propuestas que se pueden evaluar de manera colectiva.
El Distrito no puede seguir a la deriva, es urgente que el capitán tome el control del barco asumiendo cualquier costo político si realmente al término de su mandato quiere entregar un Distrito sano y sostenible.