El obispo de la Diócesis de Riohacha, monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar, fue claro en su mensaje al alcalde del Distrito Genaro Redondo al expresar en un comunicado a la opinión pública que las promesas del Gobierno de turno no se han hecho realidad.
El mensaje está fundamentado en la inconformidad de la comunidad frente a la forma deficiente como las empresas operadoras prestan los servicios de acueducto, saneamiento básico, energía, y recolección de basuras.
El obispo, advierte en sus palabras que la situación es crítica. “La situación es peor, el kilovatio de energía se disparó de una manera escandalosa, el servicio del agua no es el mejor, el alumbrado público deja mucho que desear, la recolección de basuras no llega a todas partes, el precio de la gasolina se ha duplicado. Las promesas del Gobierno de turno no se han hecho realidad”.
Las reflexiones del obispo que además es un ciudadano más que vive en la capital de La Guajira refleja el sentir de la comunidad en general, razón suficiente para que la primera autoridad reaccione y empiece a demostrar su mando frente a los problemas de siempre que no se solucionan en el tiempo.
Este nuevo Gobierno no puede darse el lujo de seguir mirando los problemas intentando solucionarlos de manera primaria, en medio de las interrupciones y sin ninguna planificación para lograr los resultados en el mediano plazo.
No se administra con buenos deseos ni con expresiones positivas, se administra ejerciendo la autoridad, dándole la cara a la gente, exigiendo a los prestadores de los servicios públicos que muestren resultados y denuncien a quienes como ciudadanos transgreden la ley.
Los ciudadanos siguen esperanzados en el médico que ganó las elecciones para que se muestre ese Distrito sano y sustentable que propuso en su campaña electoral, porque el tiempo no alcanza para solucionar tantos problemas junto que además son los mismos por ejemplo la falta de agua las 24 horas del día los siete días a la semana, la invasión del espacio público, la movilidad, y otros.
El alcalde y su equipo de Gobierno tienen la palabra, al tiempo que los ciudadanos también deben mostrar ese sentido de pertenencia por el territorio que habitan para juntos ganarle la apuesta a la indiferencia.