Más temprano que tarde llegará al Palacio de la Marina un nuevo gobernador o gobernadora que deberá culminar el actual periodo de gobierno y suceder en el cargo a Wilson Rojas Vanegas, quien asumió esas funciones en reemplazo de Wilmer González Brito, elegido por elección popular y separado de sus funciones por una investigación de la Fiscalía General de la Nación, que lo acusa de delitos electorales.
El escogido por el mandatario de los colombianos asume una administración en medio de una aguda crisis económica y un proceso democrático regional por las elecciones de octubre, para elegir nuevos gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y miembros de las Juntas Administradoras Locales.
Así las cosas, quien llegue a regir los destinos de La Guajira, deberá tener claro cómo va a administrar y cómo va a gobernar a un departamento que sigue sumido en una aguda crisis institucional y económica, a pesar de los esfuerzos del actual mandatario que ha demostrado apropiación del cargo y una intensa gestión ante el Gobierno nacional para concretar algunas iniciativas para el Departamento.
Le corresponderá redoblar los esfuerzos y rodearse de un buen equipo de profesionales que tengan claro que se llega a trabajar, a mostrar servicio a la comunidad, a tomar decisiones de manera transparente y no por debajo de la mesa, que le siga el paso al líder, porque desafortunadamente eso fue lo que le faltó al actual mandatario.
No se debe llegar a improvisar y a imponer, porque realmente no cuentan con el tiempo para querer lucirse más allá de lo que se pueda concretar en un mínimo tiempo de gobierno.
Deberá también concretar algunas gestiones que Rojas Vanegas viene trabajando de la mano con el Gobierno nacional, especialmente en el sector del turismo, las improvisaciones no tienen lugar en esta nueva administración que llegará en cualquier momento.
Se esperaría, entonces, que el presidente de la República, Iván Duque, nombre al profesional que pueda demostrar en su hoja de vida y en la entrevista virtual capacidad de trabajo, experiencia administrativa, conocimiento claro de los problemas y como enfrentarlos, liderazgo y el deseo de servicio a la comunidad que debe ir de la mano de una clara honestidad, es decir, salirle al paso a cualquier hecho de corrupción.