Quienes en Riohacha acostumbraban a visitar las playas para tomarse sus cervezas, extrañamente notaron que no se estaba vendiendo licor. Muchos no sabían que había ley seca, a consecuencia de la consulta del Partido Liberal que pocos conocían que se estaba dando y por eso el esparcimiento etílico se vio truncado. Se trataba del primer domingo solitario de noviembre, periodo en que muchos calientan los motores para recibir el mes de diciembre, temporada fiestera y etílica.
Conocida la realidad de la ley seca, las redes sociales se encendieron en críticas en contra de una jornada electoral que pasó sin pena ni gloria, una actividad que pocos sabían lo que estaba pasando y un hecho que hasta los alcaldes emitieron decretos mudos los cuales solamente lo conocieron quienes lo firmaron porque muchos no tuvieron conocimiento del hecho.
La ira en las redes sociales se encendió aún más cuando se percataron que la “tal” consulta del Partido Liberal generó un gasto excesivo, para una participación lánguida y un resultado paupérrimo; simplemente para ponerse de acuerdo dos personas del mismo bando. Eso lo pudieron hacer de manera interna y no generarle al Estado un gasto de 40 mil millones de pesos y un desgaste electoral a los pocos electores que acudieron a las urnas. Insistimos, la consulta del Partido Liberal fue un acto burlesco y de poco resultado ya que muchos colombianos no estuvieron enterados de lo que se iba a presentar y mucho menos de lo que se estaba presentando, aunque algunos ciudadanos no tenían claro que el domingo de esparcimiento etílico se tenía restricción. Simplemente no se podía vender licor sin más explicaciones.
El país no debe ser sometido a los gastos inoficiosos que le generan los precandidatos presidenciales cuando, en realidad, ese recurso debería utilizarse en las regiones que presentan problemas sociales y algunos de ellos con hambruna en donde muchos niños no tienen ni que comer. No se debe someter el erario público a merced del capricho de dos precandidatos presidenciales, más aun cuando se somete a los pocos lectores a un desgaste inoficioso en donde los nacionales no le prestan mucha atención a este tipo de convocatoria electoral.
La consulta del Partido Liberal no es más que un embeleco de quienes la apoyaron, porque como se mueven las fichas del ajedrez político del país. Es posible que Humberto de la Calle haga caso omiso a la consulta que costó cerca de 40 millones de pesos, también puede tener la opción de hacer un acuerdo multipartidista y la máxima, que al final no sea candidato.