El silencio de las Secretarías de Salud, Agricultura y Desarrollo. La falta de apoyo de las alcaldías. El bajo respaldo de los productores. La casi nula, ayuda del Gobierno nacional, se convierten en graves indicadores, sobre lo que puede ocurrir en este Departamento, si no se toman en serio, las advertencias que hace el ICA, acerca de los nuevos focos de ántrax, detectados, por el momento, en el municipio de Manaure.
El ántrax, o carbunco bacteridiano, es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria esporulada Bacillus anthracis, presente en todos los continentes, que ocasiona alta mortalidad en rumiantes. El peligro de esta enfermedad, estriba en la falta de vacunación oportuna para evitar los contagios masivos.
La Guajira es el principal productor cárnico, representando un 44.2% de ovinos y un 80.8% de caprinos, de las existencias en Colombia, que combinada, arrojan una población de 2.5 millones de ejemplares.
Ante la falta de una Secretaría de Agricultura, en el departamento de La Guajira, le corresponde a la Secretaría de Desarrollo, abordar el tema para apoyar el proceso de contaminación, mientras que su paralela de Salud, debe estar alerta haciendo seguimiento a la población humana, a fin de evitar que esta peligrosa enfermedad, afecte a los habitantes de la región.
Los municipios guajiros, especialmente los grandes productores de ovino –caprino, parece que le hacen el esguince al llamado del ICA, para que entren a respaldar los programas de vacunación, que no se hacen con suma regularidad.
Qué tipo de controles rigen para evitar que, los animales muertos súbitamente, sean manipulados para destinarlo al consumo humano, teniendo en cuenta el alto riesgo que representa esto para la salud de las personas al ingerirlo.
El tema es profundo. Los productores guajiros, no pertenecen al rango de grandes hacendados. Son pequeñas comunidades indígenas que basan su economía en la cría y venta de estos animales. Como está vigente una emergencia, se establece que las zonas afectadas no pueden sacar a la venta estos animales.
En Maicao, por ejemplo, las cooperativas que aglutinan a los pequeños productores, sacrifican entre 20 a 25 animales diarios, los cuales son vendidos en las plazas de mercado de la frontera. ¿Cuáles son los controles?
Pese a que el ICA desde diciembre pasado, desplegó un grupo multidisciplinario para atender los casos de muerte súbita en los corrales, no es suficiente. Falta el compromiso de los productores, las alcaldías, las Secretarías de Desarrollo y Salud, y el Gobierno nacional, para que a través de Vecol, aporte las vacunas necesarias.