Los fuertes disturbios que se vivieron en los alrededores del estadio Romelio Martínez, antes y durante el partido de Copa Libertadores entre Junior y River Plate, no pasaron desapercibos en la transmisión internacional de televisión que se emitió desde Barranquilla para toda Sudamérica.
Los espectadores que veían el juego en todo el continente no tardaron mucho en darse cuenta que las cosas no marchaban bien en la ciudad. Cuando los equipos realizaron el minuto de silencio para honrar a los médicos que trabajan contra el Covid-19, se alcanzaron a escuchar las detonaciones de las bombas aturdidoras que la Policía disparaba contra un grupo de vándalos que trataba de detener el partido.
Y cuando el partido ya se estaba jugando, el juez central tuvo que interrumpir las acciones por unos minutos, porque el viento arrastró hasta la cancha aire contaminado con gases lacrimógenos que afectaron a los jugadores de ambos equipos.
Durante casi todo el primer tiempo, el sonido de las balas y los explosivos se pudo captar con claridad en la transmisión. Además los comentaristas del canal ESPN que relataban el partido, Mariano Closs y Diego Latorre, se tomaron el trabajo de explicarle a la audiencia de América que desde hace dos semana Colombia atraviesa una ola de protestas y un grupo de manifestantes trató de impedir, sin éxito, que se disputara el partido.
Por su parte, la delegación de River Plate no ocultó su preocupación por tener que jugar bajo condiciones tan hostiles. El entrenador Marcelo Gallardo, aseguró que se sintieron muy incómodos en la ciudad y cree que al final el resultado del partido solo fue anecdótico. “Era un momento complejo porque uno no se puede abstraer de lo que está pasando; nosotros sabíamos que íbamos a venir a jugar, intentamos que nos dieran las garantías necesarias. No es normal jugar en una situación tan inestable por lo que está viviendo el pueblo colombiano, no fue normal ni en la previa, ni durante el partido”.
Finalmente Gallardo dijo que “tienen que decir que se jugó en situaciones incómodas, con humo, con gases lacrimógenos y escuchando estruendos y estallidos afuera. Fue anormal en todo sentido y no podemos mirar para otro lado”.