Luego que la Presidencia de la República suspendiera el tránsito y desembarco de cruceros desde el pasado 12 marzo debido a la presencia del coronavirus, esta medida ha atacado plenamente los puertos del país, entre ellos el de Santa Marta.
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Para Rafael Díaz Balart, coordinador para América Latina de la Asociación Americana de Autoridades Portuarias (AAPA), la paralización de la industria de cruceros ha tenido “un impacto completamente diferente” en las distintas ciudades-puerto.
Mientras en ciudades como Santa Marta el impacto económico por la no llegada de cruceros ha sido moderado, puertos como el de Quintana Roo en México se encuentran “totalmente quebrados” debido a la ausencia de cruceristas.
De acuerdo con estimaciones de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA, por sus siglas en inglés), la suspensión de las operaciones de cruceros ha tenido un pronunciado efecto perjudicial en la economía global.
Según datos de la CLIA, la industria de cruceros genera más de 150 mil millones de dólares anuales en actividad económica mundial y respalda más de 1.17 millones de empleos en todo el mundo.
Díaz Balart, por su parte, explica que la industria de cruceros tiene incidencia en casi todos los sectores, desde el transporte y la agricultura, hasta la hotelería, el turismo, la fabricación y más.
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De acuerdo a la CLIA, cuando llegue el momento para que los cruceros vuelvan a zarpar, la industria será una parte importante de la recuperación económica y social a escala global.