Sebastián Castro Molina, el dueño de la maleta de Rappi usada por el asesino de la empleada doméstica Angélica Ruiz Vega la semana pasada, quedó en libertad. Un juez de Barranquilla se abstuvo de dictarle medida de aseguramiento.
De acuerdo al togado, la declaración entregada por el tío del joven a la Fiscalía no es suficiente para determinar o considerar que Castro Molina tuviese inferencia razonable de ser coparticipe de un crimen. El juez explicó que lo que realmente incrimina a Sebastián es que el fatal intento de robo fue planeado, según otro testigo, en el patio de Jhon Jairo Hernández Olarte, alias Jhon Pintura, quien es cuñado del acusado.
Tras explicar lo anterior, el dueño de la maleta de Rappi quedó en libertad, aunque seguirá vinculado a la investigacióm, dado que un fiscal le había imputado más temprano los delitos de homicidio en circunstancias de agravación punitiva, fabricación, tráfico o porte de armas de fuego o municiones en circunstancias de agravación punitiva y hurto calificado agravado en la modalidad tentada como partícipe en el grado de cómplice.
Mientras se define la situación jurídica de Sebastián Castro Molina, las autoridades siguen en la búsqueda del presunto asesino de Angélica María Ruiz Vega. El sujeto captado en cámaras de seguridad engañó a su víctima con la maleta de Rappi para que la dejase entrar a una casa, pero ella al darse cuenta de las verdaderas intenciones del antisocial, forcejeó con él y el agresor le propinó un disparo que le causó la muerte.