La Guajira no tiene una larga historia, pero ha sido una historia agitada, contradictoria y quizás inconducente, sobre todo en los últimos gobiernos, lo que han causado estigmatizaciones, señalamientos y malos ejemplos; los últimos cuatrienios de historia política han sido convulsivos y decepcionantes, La Guajira se dañó a sí misma y ahora podemos estar sin un buen futuro garantizado, lo que obliga a reinventarse como Departamento, próspero y pujante.
Los seres humanos nos equivocamos, herimos tantas veces y lo hacemos a veces, inconscientemente, nadie daña a quien quiere; en ocasiones, el daño ya es irreversible y ante esta situación el perdón de la persona que se ha herido es lo más noble que puede ofrecernos la vida, porque de esta manera, aunque ese ciclo terminó y te encuentras en cenizas, se vuelve a nacer, con más fuerza, con ganas de vivir y de servir.
La mayoría de las personas saben que parte del pasado, de la normalidad política en La Guajira que conocimos, ya no volverá a ser igual y que será necesario tomar los elementos más positivos de sí mismas y de la sociedad en la que se vive para que el futuro de nuestra tierra, sea mejor, no solo para que el porvenir sea más promisorio, sino también para evitar que situaciones como la que se vivieron y se viven actualmente vuelvan a repetirse.
Denuncias anónimas, caprichos, demandas de contradictores, inconformidades, parece una enfermedad que vacila entre agonizar y curarse; no nos faltan fuerzas ni riquezas, nuestro suelo es rico, La Guajira es apetecida, nuestra historia es joven, recursos hay; otras regiones han tenido que remar hacia adelante desembarazándose de pesados lastres y superando desventajas mayores y por eso mismo hay anteponer egos de contención al capricho de zapatear sobre el abismo a sabiendas que vamos hacia él, como un derivado de las malas experiencias de las últimas dos décadas, donde hubo vaivenes políticos, desbarajustes económicos, desengaños imaginarios o momentos de violencia y furia; la personalidad de la verdadera península no ha salido bien librada.
El ave Fénix es una emblemática criatura de fuego que, tal como se menciona, es capaz de elevarse majestuosamente desde las cenizas de su propia destrucción, errar es humano, mantenerse en el error es de necios, por ello, cara a cara, ante una mirada limpia, hay que abrir el corazón y disculparse ante la sociedad, para que respondan un “está bien, vamos pa´lante” eso permite volver a nacer, lo vivido anteriormente no desaparece, forma parte del ser, pero se puede iniciar un nuevo ciclo de vida política por el bien de la península de Padilla; La Guajira primero.