En medio de este momento político regional que vivimos y, cuando el turismo se configura como una de las primeras apuestas llamadas a generar desarrollo y crecimiento, con el consabido impacto para sus instituciones, sus empresas, su población y por supuesto sus comunidades, que finalmente a la luz del interés son y deberían ser las mayores receptoras del bienestar generado por esta industria en su diversidad de actividades, amén de la potencialidad y de la gran oferta soportada en naturaleza, en cultura, en gastronomía y en tantos otros segmentos que la constituyen, mi memoria debe remontarse a 23 años atrás cuando por primera vez en territorio de La Guajira escuché hablar de turismo.
Fue precisamente en el contexto de campañas políticas, porque debo señalar que fueron dos campañas en las que tuve la oportunidad de trabajar como profesional de la comunicación, en esos momentos de mis inicios en La Guajira. No es diferente en esta coyuntura dos décadas después, pues se continúa hablando del turismo sin que efectivamente un gobernante en turno, lo haya materializado con tal apropiación, que permita generar una verdadera apuesta desde lo público para la transformación del territorio en este contexto.
Lo señalo de tal manera porque definitivamente han sido ‘infinitas’ las propuestas que con recursos propios del Departamento con fuentes de regalías y, las propuestas generadas con recursos de fondos nacionales provenientes del Gobierno nacional, que han sido asignados para elaborar planes de desarrollo sectoriales en turismo que atinen a concretar la apuesta de planificación más adecuada para el desarrollo de este sector.
Se cuenta por lo menos una docena de ellos que abundan en literatura diagnóstica, en plantear y enunciar proyectos, agendas prospectivas, etc., pero ninguno ha tenido la suerte de ser apropiado o adoptado como política pública ya que no han contado siquiera con la deferencia de ser agendados como temas de interés en las corporaciones públicas coadministradoras. Por lo que lamentablemente hay que indicar, han sido dineros perdidos.
En el albor de esta campaña 2019, cuando el Gobierno nacional enfila sus ojos y enruta desde el discurso tinturado de naranja, que en La Guajira está el futuro del turismo, siendo considerado éste desde la perspectiva económica, como el nuevo petróleo.
Quienes representamos el sector privado sólo aspiramos a que un nuevo gobernante supere la miopía de años y sepa interpretar lo que plantea el Gobierno Nacional, que con respeto acoja lo que planteamos los gremios y empresarios locales y, lo que conviene a un departamento que se considera, tiene aquí las mayores oportunidades.