La corrupción tiene a los servidores públicos por el suelo. Son los responsables del desprestigio que cargan a cuestas por la postración en que tienen a las entidades públicas, comenzando por los poderes: ejecutivo, legislativo, judicial y sus dependencias desde el nivel nacional hasta municipal, Fiscalía, Contraloría, Procuraduría, Policía, Ejército, etc.
La corrupción carcome y apolilla como el comején o plaga maldita de las que no se escapan las iglesias, católicas, cristianas y otras, el comercio, la salud, educación, contratación, política, medio ambiente, entre otros, donde todo gira en el círculo de la ilicitud. Lo curioso de los corruptos en manifestaciones públicas, culpan de corruptos al adversario y pregonan combatirla con mano dura, pero es una mentira, pura paja, todo por querer agacharse y tratar de zafarse, de una realidad que vivimos. Algunos corruptos se ofenden cuando se hace alusión al tema desenmascarando responsables. El que no debe no se espanta ni se asusta por temor. Pero si tienen rabo de paja, lo mejor no acercarse al fuego candelozo.
Los escándalos no cesarán mientras la corrupción esté “vivita y coleando”, girando, transitando y circulando por los espacios y direcciones públicas y privadas. Nadie que haya pasado o pase por la vinculación laboral y relación contractual en instituciones públicas, se ha salvado de infectarse y contaminarse con la pandemia, corrupción de manera activa o pasiva. Muchas veces observamos esa práctica como normal, otras veces se guarda silencio, por conveniencia y miedo, implicándose en encubrimiento, complicidad u omisión; por el contrario se exponen a circunstancias negativas.
Las corrupciones a diferencia de los árboles, nacen en las cúspides de las pirámides en los poderes, mandatos y representación, extendiéndose por las dependencias y subordinaciones en las estructuras operativa de dirección. Para menguar la corrupción debemos comenzar con la educación, pero resulta que estudiantes de primaria, bachillerato e incluso universitarios, no saben que es la corrupción. Si no se enseña no se aprende. Es interesante que se les haga saber a los jóvenes en detalle, qué es la corrupción, cómo opera y qué consecuencias nocivas nos causa. La ética y la moral deben ser cátedra básica para bachilleres y universitarios, comportamiento social y movilización en la educación primaria. La corrupción genera beneficios personales turbios, perjudicando las colectividades. Tolerar y apoyar la corrupción es permitir que obstruya el desarrollo y progreso, viviendo en pobreza extrema o miseria. ¿Cómo castigar a los corruptos para suplirlos? Si no nos concientizamos con sentido de pertenencia, todo será igual en el curso del tiempo. Por la fuerza nos aplastan los corruptos, disponen de ejércitos y cuerpos armados, electoralmente nos derrotan con los dineros hurtados, solventando necesidades a cambio de compra de voluntades. De ahí que no sea fácil destronarlos de la noche a la mañana, si todas las autoridades están afectadas por el mismo mal y arropada con la misma sabana. Los estancamientos administrativos son producto de la corrupción. La falta de empleos y oportunidades de servicios se fundamenta en la corrupción, sin embargo, los reclamos y resistencia, sobre el mal que nos acaba son ínfimos, como golondrina solitaria en verano.
Políticos, gobernantes, militares, magistrados, congresistas, pastores, comerciantes, periodistas y autoridades: administrativas, civil, especiales, etc., autocensúrense y arrepiéntanse de beneficiarse de prácticas de corrupción. Las riquezas ilícitas esclavizan, mortifican y aíslan de los demás. “Quien está libre de pecado que tire la primera piedra”: investigar a los corruptos en un debido proceso, colisionarían las operaciones administrativas y judiciales, no quedaría títeres con cabeza, las instituciones acéfalas, desde la presidencia de la república hacia abajo. Lo mejor sería amnistiarlos, previa devolución del 50% de los bienes adquiridos e inhabilitarlos, para ejercer como servidor público y contratista. El narcotráfico y la guerrilla, se benefician con sobornos de la corrupción. Operan aliados a ella.