Desde el 2011, Promigas viene denunciando ante las autoridades que comunidades indígenas impiden realizar el mantenimiento del gasoducto de 72 kilómetros entre Riohacha y Maicao, lo que representa un riesgo para su operación, su entorno y las comunidades, dado que su deterioro es avanzado.
Ante la imposibilidad de reparación, la compañía determinó, como medida preventiva, disminuir la presión de operación al nivel más bajo posible, lo que implicará una reducción en la oferta del servicio. Esta medida se hizo vigente a partir de la media noche de ayer.
Es de mencionar que Promigas propuso dos alternativas para mantener el servicio: disponibilidad de gas natural a través de la modalidad de gasoducto virtual, lo cual consiste en tomar el gas de una estación madre para comprimirlo e introducirlo en módulos diseñados especialmente para su almacenamiento y transporte por carretera hasta Maicao y la conexión al gasoducto de transporte de la empresa Pdvsa, el cual por su ubicación ofrece una ruta más expedita hacia Maicao, teniendo en cuenta su cercanía y corta longitud. Empero, ninguna de las dos propuestas fue aceptada por las autoridades.