Muchos son los problemas sociales que hoy en día vivimos en Colombia, lo que nos ha llevado a un estado de muy poco desarrollo y progreso de nuestras comunidades, donde los más afectados somos nosotros, los habitantes del conglomerado social, principalmente las personas vulnerables y este mismo grupo de personas son las más afectadas de esa huella que todavía sigue marcada, de esa pesadilla que todavía no hemos podido despertar, problema inmenso que seguimos arrastrando generación tras generación, sin temor a nada, sin respeto y amor la vida y es que la violencia se ha llevado todo de este país, se ha llevado tantas personas valiosas, tantos sueños, tantas vidas inocentes pero lo que no se ha llevado es la esperanza de tener un país distinto, que inhale paz y exhale unión.
Definitivamente después de tanto que hemos pasado, nos merecemos un mejor país, un territorio sin violencia, sin discriminación, con oportunidades, con inclusión social, que se pueda vivir con tranquilidad, que se pueda vivir sin tener miedo a ser nosotros mismos, sin tener miedo a expresar lo que sentimos, sin tener miedo a pensar y dar una opinión diferente, no nos puede volver enemigos estar en un lugar o una posición distinta, no somos enemigos, no somos rivales, somos hermanos de la misma tierra, se tiene que acabar esa polarización que nos divide cada vez más, esto nos hace daño a nosotros mismos, le hace daño al país, pero se nos olvida que en los momentos más duros, salimos adelante en equipo, salimos todos juntos, dándonos la mano el uno al otro, ayudando al que lo necesita.
Nuestra historia está escrita con la violencia, está escrita con sangre de campesinos, de gente trabajadora que quizás nunca tuvieron una oportunidad para salir adelante, eso no lo podemos olvidar jamás, todo estará en nuestra mente siempre, tantas personas inocentes que se han ido en esta cultura de la violencia, en esta guerra que no tiene sentido, en esta guerra innecesaria, que se lleva por delante la vida, que se lleva las oportunidades de la gente, que para algunos también se convirtió en un negocio, llegó el momento de que escribamos una nueva historia, con un lápiz de esperanza, con un lápiz de dignidad, es difícil pasar la página así como así, pero tenemos que construir una sociedad sin resentimiento, con ganas de sumar y de aportar, con ganas de darle a nuestro país todo de nosotros.
Muchas son las generaciones que se han visto afectadas por esta enfermedad con nombre de violencia y que se apellida muerte, que sigue dejando sueños sin cumplir, metas sin alcanzar, las víctimas cada vez son más, las secuelas y el dolor son más grandes todos los días y todos nos preguntamos, hasta cuándo de todo esto, hasta cuándo estará esa herida que no cicatriza.
En nuestra memoria quedan marcados hechos históricos de violencia, como el magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán, el magnicidio de un gran líder con un legado todavía vigente Luis Carlos Galán, la muerte del humorista más recordado por todos los colombianos pero también ideólogo Jaime Garzón, los miles de campesinos desplazados por la violencia, los asesinatos a los líderes sociales, las masacres sociales que deja como principal blanco la juventud presente y futuro del país, si este es el país en el que vivimos hoy, imaginemos cómo será el futuro.
No más muertes, necesitamos menos balas y más inversión social, el camino nunca será la violencia, nunca será el odio ni el resentimiento, el camino serán las oportunidades para los más pobres, la justicia para los que cometen conductas punibles, el diálogo y debate con respeto para los pensamientos distintos.
Es el momento de decirle adiós a la violencia, pasemos esta página YA.