La Policía Nacional desarticuló una banda dedicada al narcotráfico tras operativos en Maicao y Villanueva en La Guajira; y en Cúcuta, Norte de Santander. En total fueron ocho personas capturadas por participar en el tráfico de estupefacientes desde hace más de tres años.
Entre los detenidos figuran sujetos conocidos como alias ‘Chacho’, ‘El Viejo’, ‘Chicho’ y ‘Garra’. Este golpe al narcotráfico fue posible gracias a una investigación originada tras la incautación de 2.5 toneladas de cocaína y 3 toneladas de marihuana en años anteriores.
El principal cabecilla de la banda era alias Chacho, encargado financiero y jefe de la organización; su socio era alias ‘El Viejo’, segundo al mando.
Alias ‘Chacho’, prestaba sus servicios a organizaciones narcotraficantes del suroccidente y noroccidente del país, quienes les proveían la droga desde la región del Catatumbo y Cauca por vía terrestre hasta los centros de acopio ubicados en La Guajira; allí era recibida por alias ‘Chicho’ quien subcontrataba personas para que le adecuaran las caletas subterráneas en plena zona desértica, en puntos estratégicos ubicados cerca al mar y de la frontera con Venezuela, para así facilitar su salida en barcos pesqueros y lanchas rápidas hacía las islas del Caribe, especialmente República Dominicana. También hacían viajes hacia Costa Rica, en América Central.
Esta organización instrumentalizaba a la población indígena wayuú, aprovechándose de sus necesidades, ofreciéndoles dinero a los residentes de las rancherías para permitir el ocultamiento de la droga y del mismo modo, los alertaran sobre la presencia de la Fuerza Pública en la zona.
Su conexión criminal con el interior del país, se realizaba a través de alias ‘Garra’ un santandereano radicado en la ciudad de Cúcuta, quien es el enlace con narcotraficantes puros del Catatumbo, conocidos con los alias ‘el Pequeño’ y ‘el Negro’, este último había retornado al país después de pagar condena en España por narcotráfico, encontrándose en el radar de las autoridades, al ser uno de los principales proveedores de cocaína a los carteles de los Balcanes e italianos. Las otras personas capturadas tenían un papel logístico dentro de la organización.
Los ocho detenidos fueron judicializados por los delitos de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y concierto para delinquir con fines de narcotráfico agravado.