El vallenato es un género musical autóctono de la región Caribe de Colombia con su origen en la antigua provincia de Padilla (actuales sur de La Guajira).
Hablar de vallenato es muy complejo, pero así mismo maravilloso, es poder entrar a esos mundos mágicos, de sus distintos protagonistas, sus vivencias, sus tristezas, sus alegrías, sus triunfos y anécdotas.
Hechos que permitieron a nuestro Nobel de la Literatura colombiana, Gabriel García Márquez, cuyo origen de aquella Magdalena Grande, es también Barrancas, este fielmente escuchaba toda la narrativa oral que su abuelo, el coronel Nicolás Márquez Mejía, le contaba sobre la experiencia que tuvo en la exótica guajira, fecundando la imaginación y la narrativa de ‘Gabito’, así lo llamaba. Lo que permitió contar en su obra cumbre, ‘100 años de soledad’, que “Francisco El Hombre era un anciano trotamundos de casi 200 años que pasaba con frecuencia por Macondo divulgando las canciones compuestas por él mismo.
Sumamos a esto que Ciryll Demian, 1829 creó el acordeón, en Viena Austria. El instrumento transitó un tiempo por Europa, pero llegó a Colombia gracias a que marinos europeos que hacían tráfico entre las islas vecinas de las Antillas trajeron los primeros acordeones a Riohacha ‘Orígenes y fundamentos de la música vallenata (1973)’, convirtiéndose en pieza fundamental para las parrandas y las composiciones de quienes fueron sus primeros precursores.
El maestro de todos, Enrique Martínez, relata en su canción ‘Francisco El Hombre’, que este fue el precursor de la música de provincia. podríamos imaginar que el acordeón navegó hacia las orillas del mar Caribe, buscando las manos y el alma sensible de aquel hombre de Tomarrazón, quien recorrió toda la península inspirada y componiendo, encontrándose así con quienes fueron testigos, como el coronel Márquez, del encuentro entre acordeón, con el alma de este guajiro.
He aquí ese proceso histórico del origen del vallenato, que en sus inicios fue música de provincia, cómo el acordeón permitió darle música a las emociones y composiciones de aquel guajiro, que este contara a través de la poesía combinada con el acordeón, desbordando en la matriz guajira un bagaje de artistas, que con el tiempo fueron revelando la base histórica de la música de provincia, de este vallenato cuya raíz es guajira.
Carlos Huerta también narra en su composición, el cantor de Fonseca, los orígenes de este vallenato, que hoy por hoy y en honor a toda esta historia tradicional, a todos los protagonistas, a los juglares, compositores, acordeoneros, quienes son y serán los pioneros de esta tradición cultural rica en Colombia, por lo que precisamente, el departamento del Cesar decidió rendir homenaje a ellos, a toda esa leyenda cultural y tradicional que desborda la Guajira, con el Festival Mundial del Vallenato, Consuelo Araújo Noguera, Alfonso López Michelsen y Rafael Escalona hicieron que la política, la cultura y el vallenato se sintonizaran en un mismo sentir en 1968 en torno al folclor.
Además, en honor al grande, al guajiro Francisco El Hombre, fue llamada la tarima que concentraba a revivir su leyenda, su legado y la música de provincia.
No cabe duda que La Guajira es hermana del Cesar, esa misma liga les permitió una ser la base, y la otra, ser esa plataforma abierta, para que esa riqueza se mostrase frente el mundo, gracias Cesar por mantener y promover este legado que nos deja como guajiros Francisco Antonio Moscote y cada uno de aquellos guajiros que creyeron que su manera de contar las vivencias llegaría hasta el punto más grande y tú lo permitiste con el Festival de la Leyenda Vallenata.