Literalmente esto es lo que observamos a diario por las calles, esquinas y semáforos de Riohacha y otros municipios del Departamento, en donde hombres y mujeres en edad adulta tienen en sus brazos a los niños, algunos de ellos con el señuelo de la venta de un confite o una colombina, pero cualquiera que sea la treta o habilidad que se utilice, no es aceptable que los niños sean sometidos a situaciones de mendicidad, lastimera o humillantes.
Quienes a diario observamos y vivimos ese panorama en las puertas de nuestra vivienda, en las esquinas cuando caminamos o en los semáforos cuando nos desplazamos en los vehículos, no deja de ser una situación humillante para el niño sometido a la mendicidad, y es allí en donde muchos se preguntan: ¿Qué está haciendo el Icbf por estos niños? Para mí nada, a menos que los señores del Bienestar Familiar en La Guajira me demuestren lo contrario. El panorama humillante al que son sometidos nuestros niños en las calles de la ciudad, bajo la inclemencia de las temperaturas y sin limitaciones de horario, inclusive hasta tarde de la noche, es un hecho aberrante sin control por las autoridades.
Con la impotencia en la que caemos minuto a minuto los transeúntes cuando nos tropezamos con la situación de mendicidad a la que son sometidos los niños en brazos y en edad de escolaridad, nos remitimos a la Misión del Icbf que, según la página web, se encarga de “Promover el desarrollo y la protección integral de los niños, niñas y adolescentes, fortaleciendo las capacidades de las familias como entornos protectores y principales agentes de transformación social”. El tema de “la protección integral de los niños, niñas y adolescentes…” es lo que seguramente no está cumpliendo la entidad del Estado colombiano que trabaja por la prevención y protección integral de la primera infancia, la niñez, la adolescencia y el bienestar de las familias en Colombia.
Con lo que vemos a diario y ante la negligencia del establecimiento público constituido para dar cumplimiento a la protección integral de los niños, niñas y adolescentes, consideramos que los menores que vemos por las calles, están desprotegidos. La Policía de infancia y adolescencia y a las oficinas de gestión social de las alcaldías no se les conoce el trabajo en pro de la protección de estos menores.
Insistimos, la mendicidad en la que son sometidos los niños en La Guajira no es problema de nacionalidad, son niños que deben tener una crianza acorde a su edad. ¿Cuál es el futuro de esa niñez? La repuesta la tiene el Icbf.