En La Guajira, ya se conoce de un grupo de profesionales que en el caso de la Gobernación y las alcaldías han centrado su trabajo en las alianzas políticas, y en la consecución de avales, así como los que inscribieron grupos significativos de ciudadanos para aspirar apoyados por firmas.
En este proceso, varios de los precandidatos llegan precedidos de una buena experiencia política y con poca administrativa, pero académicamente bien formados que se constituyen en prenda de garantía de llegar a salir elegidos, porque les permite tomar mejores decisiones en los temas que les toque lidiar en un país donde la incertidumbre jurídica está a la orden del día.
También se conoce de otros con un gran arraigo popular, una alta familiaridad pero ninguna experiencia administrativa y poca formación profesional, lo que no quiere decir que no puedan administrar el Departamento o el ente territorial.
Es decir, la ciudadanía cuenta con un amplio ramillete de precandidatos que deben concretar los avales para convertirse en candidatos, y buscar el apoyo popular para ganar las elecciones y gobernar durante cuatro años sus territorios.
Los guajiros no deben olvidar lo que ha venido sucediendo en estos últimos años en el Departamento, debido a la ingobernabilidad generada por las investigaciones de los organismos de control frente a la contratación, lo que ha propiciado la separación del cargo de muchos elegidos por elección popular.
Por eso, el llamado es a una reflexión sin pasiones para generar conciencia del momento que se está viviendo, para que prime una decisión consciente y consecuente el día de ejercer el sagrado derecho al voto.
Dice un refrán popular que los pueblos tienen la suerte que se merecen, y los guajiros merecen gozar de una mejor calidad de vida que solo se logrará cuando se ejerza un voto consciente lejos de las pasiones, la familiaridad y el compadrazgo.