Por ello es pertinente solicitarle al alcalde del Distrito de Riohacha, Juan Carlos Suaza Movil, que lidere un diálogo que permita analizar sin ningún tipo de pasiones el Carnaval.
Se dice que el Carnaval de Riohacha es de los más antiguos de la costa Caribe y representa un patrimonio cultural de la capital de La Guajira, que debe conservarse para lo cual la administración no debe ser indiferente.
Es obligatorio ese diálogo en donde participen todos aquellos que a través de sus organizaciones culturales se vinculan al Carnaval, para que pueda crecer en comparsas, en danzas, en música, en vestuario, en colorido, y se logre ese cambio que la comunidad está exigiendo en el sentido de realmente poder disfrutar y apreciar unas actividades de calidad.
La Fundación Carnaval de Riohacha sigue mendigando el apoyo de la administración y la empresa privada, lo que se convierte en un obstáculo para realmente organizar unas mejores fiestas.
Cada año son menos las comparsas que participan de los desfiles, las carrozas menos llamativas, los disfraces brillan por su ausencia, el acto de coronación con poca presencia de público y los asistentes sufriendo porque lamentablemente no cuentan con las garantías de seguridad para poder apreciar las diferentes actividades programadas.
El Carnaval no puede ser sinónimo de enfrentamientos, de riñas, de divisiones, debe ser generador de trabajo en equipo, en donde se privilegie los esfuerzos realizados por cada organización.
Esas y otras consideraciones deben ser analizadas en ese diálogo que se solicita a la primera autoridad del Distrito, y empezar desde este año a trabajar alrededor de esa fiesta tradicional para lo cual es necesario que se asigne en el presupuesto los recursos necesarios para poder garantizar que en el 2020 la ciudad gozará de unos carnavales donde se privilegien todas sus expresiones, como Los Embarradores, Las Pilanderas, El Bando de Francisco J. Brito, Las Mascaritas, Las Animas Solas, Los Negritos, Los Macos, Los Gallinazos, y Los Capuchones.