A la segunda mitad del siglo XVIII en el Reino de Gran Bretaña se iniciaba la Revolución Industrial, movimiento que luego se extendió al resto de Europa
y posteriormente a América anglosajona, a partir de entonces la humanidad empezó a vivir un conjunto de transformaciones tecnológicas, económicas y sociales marcando un punto de inflexión en la historia que modificó e influenció todos los aspectos de la vida cotidiana; desde entonces casi tres siglos después el hombre ha producido de manera masiva en todos sectores económicos, inicialmente sin conciencia social del ser humano y su entorno, colocando como primer objetivo ser productivos, producir no solo lo referente a unos productos tangibles, sino también a los intangibles como los servicios de salud, sector que hoy día es bastante polémico en nuestro país por la insatisfacción que genera en sus usuarios y el poco compromiso que muestran las Empresas Administradoras de los Planes de Beneficios (Eapb), de la cual hacen parte las EPS del régimen contributivo y subsidiado, EPS indígenas, cajas de compensación familiar y entidades del régimen de excepción de salud, las que han ganado fama de administrar el servicio de salud poco humanizado y poco orientado al compromiso social.
Si bien, la salud es el estado completo de bienestar físico, mental y social que no solamente indica ausencia de enfermedades, el Estado colombiano es responsable de proteger y garantizarla a todos los ciudadanos, pero solo hasta el 2015 fue proclamada como un derecho fundamental bajo la ley estatuaria 1751 del 16 de febrero, después que fueron violentados por muchos años el acceso, la protección, la oportunidad, la integralidad y continuidad a los servicios de salud y verse saturado el sistema judicial de acciones de tutelas y demandas, llegó esta nueva norma, que protege los derechos de los usuario y colocó en cintura a las EPS, quienes les cambió su panorama de operación, que hasta entonces limitaba la lista de los servicios y tratamientos que estaban en el Plan Obligatorio de Salud, por la cual un usuario podía acceder para su recuperación, también les proporcionó autonomía a los médicos al momento de tratar a un paciente, además desde que entró en vigencia esta ley se le comenzó a decir adiós al “carrusel de la muerte”, que se presentaba cuando los prestadores se negaban a atender en estado de urgencia a un ciudadano, hoy ninguna persona se le debe negar atención médica de urgencia para la protección de su vida y su salud, pero aún así, el sistema de salud presenta muchas falencias en cuanto a la prestación del servicio y el pago a sus administradores.
Al inicio traje a colación el tema de la revolución industrial, que estuvo marcada por no tener en cuenta su principal recurso para producir, el ser humano, enfocada netamente en el producto y el beneficio económico, situación que actualmente ha venido cambiando con tendencias en la que las empresas operan en modalidades que garantizan el desempeño económico a largo plazo evitando la conductas a corto socialmente perjudiciales o ambientalmente dilapidadoras, con posturas más humanista e inclusiva hacia esa fuerza de producción que sustenta la actividad económica que realizan, hoy notamos que líderes en negocios de todos los países, incluyen la responsabilidad social corporativa como una prioridad ineludible en sus políticas, puesto que revela resultados de triple desempeño: económico, social y ambiental; pues bien, si entendemos que las EPS, IPS y todas las que hacen parte de ese grupo de las Eapb son empresas que prestan un servicio de salud y que tiene la obligación con ella misma de ser rentable y sustentable en el tiempo, me surge el interrogante: ¿Por qué algunas de las empresas del sector salud en Colombia no denotan responsabilidad social corporativa, ni con sus empleados ni con quienes acceden al servicio?, al contrario, se ponen en evidencia que se enfocan más en sus beneficios económicos que les arroja resultado a corto plazo por su forma de operar, tal vez por eso el mercado se ha llenado de nuevas EPS y prestadores que buscan constantemente artimañas que desangrar económicamente al sistema, al cual muchos colombianos mensualmente aportamos, cuando hacemos parte del régimen contributivo. Considero que debería de existir más compromiso por las empresas de salud, el hecho que sean de este sector, no quiere decir que son servicios de caridad, porque como todo servicio tiene un costo y como toda empresa debe ser productiva, pero si deberían imitar buenos ejemplos de empresas que vienen mostrando responsabilidad social y adaptarlos a su entorno, y que no sea con fines filantrópicos o actos caritativos momentáneos, para ir sumando a mejorar un servicio que genera mucho malestar.