Hace pocos días en una conferencia a las que suelo acudir como invitado a disertar sobre Salud Pública, me llamó la atención cuando se abordó un ejercicio sobre estadística en el cual debería resolverse una operación matemática sencilla 11×4=44, le hice la pregunta a un conferenciado profesional de la salud con especialización en Auditoría Médica; le pregunté: regáleme el resultado de 11×4 y el aventajado profesional acudió a la calculadora de su celular para realizar la operación.
Quedé atónito ante semejante barbarie, algo tan sencillo que en mi época de estudiante de primaria lo resolvía un estudiante de primero adelantado, un profesional de hoy no puede razonarlo.
No tengo nada en contra, por el contrario, amo los avances de la tecnología de hoy, gracias a ello la ciencia ha avanzado en una forma gigante lo que ha permitido el mayor progreso de la humanidad, en las diferentes edades de la historia nunca se avanzó como lo hacemos hoy, en esta edad contemporánea los grandes inventos cambiaron los pasos de la historia, pero fue el computador y sus derivados quien propició el mayor avance, un paso tan grande como el de Neil Armstrong cuando pisó superficie lunar.
Traigo a colación los nombres de dos grandes textos de enseñanza aritmética de y algebra de Baldor, a las cuales todavía acudo cuando quiero extasiar mi mente resolviendo problemas matemáticos o ecuaciones algebraica.
Aurelio Baldor de la Vega, fue un matemático, profesor, escritor y abogado cubano, autor del libro Álgebra de Baldor, publicado en 1941, esta obra tuvo un gran éxito en todos los países de habla hispana. Se conocen otros libros suyos, como Aritmética de Baldor, Geometría plana y del espacio y Trigonometría de Baldor.
Hasta el año 80 todavía en Colombia no se disponía de los grandes inventos que gozaban otros países desarrollados, pero gracias a ello se desarrolló una mente creativa e imaginativa, las calculadoras eran escasas y un lujo para quien las poseía, por si fuera poco, prohibidas para usar en salones de clases tanto de primaria como de bachillerato, las operaciones matemáticas eran mentales, suma, resta, multiplicación, división, raíz cuadrada, fraccionarios, regla de tres, etc., ser mecanógrafo era una profesión al igual que ser bachiller o normalista, algo grande.
La invitación es a reflexionar sobre la importancia que tiene en estos momentos la formación de valores de todo tipo y en particular los humanos. Se destacan el uso de las tecnologías informáticas, las cuales pueden incidir tanto de manera positiva como negativa en la formación de valores, dado el gran poder de comunicación, motivación y de navegación que las mismas ofrecen. También se hace alusión, por otro lado, a otros medios de comunicación que así mismo, favorecen o no a la adecuada formación de valores, como son la televisión y el video, los cuales influyen y penetran de forma rápida en las mentes de las personas, muy especialmente en niños y jóvenes.