Hoy el cielo se ha llevado a un hombre polifacético, lleno de vida y alegría, un amigo cuyo espíritu y calidez nunca serán olvidados. En San Juan del Cesar, todos conocíamos a ‘Arique’ como aquel que sabía cómo hacer reír, cómo convertir cualquier encuentro en un momento único, un hombre polifacético; dialogar con él era debatir en varios campos, la música, el fútbol, y la política, siempre con un toque de humor que caracterizaba su ser.
‘Arique’, no solo era un gran amigo, sino también una figura que marcó la vida de todos los que tuvimos el privilegio de conocerlo. Como un hermano más, compartiste risas y consejos, enseñándonos a disfrutar de las pequeñas cosas, a ver la vida con optimismo y a nunca perder la fe, sin importar los desafíos.
Tu legado no es solo el de un hombre que entendía la vida en sus diversas facetas, sino el de un amigo fiel, un compañero inquebrantable, que nos hizo sentir que la verdadera riqueza está en los momentos compartidos, en la amistad sincera y en el humor que siempre supiste poner a cada situación.
Hoy, al saber que ya no estás físicamente con nosotros, siento un nudo en el pecho, pero también una profunda gratitud por haberte conocido, por haberte tenido como parte de nuestra vida. Sé que allá en el cielo, en el templo de Dios, te estarás encontrando con Carmen, tu esposa, con tus grandes amigos como Encanto mi papá, con ‘Tombe’, ‘Perolito’, ‘Pápalo’ Fragoso, entre otros. Y compartir con ellos esos momentos que no pudiste aquí en la tierra. Imagino que ya estarás animando el lugar con tu risa y tu energía, como solo tú sabías hacerlo.
Gracias, ‘Arique’, por tanto. Gracias por la alegría, por las lecciones y por las memorias que nos dejaste. Te recordaremos por siempre, y sé que tu luz continuará brillando en todos los que te amamos y en todos los que fuiste capaz de tocar con tu amistad.
El templo de Dios ha recibido a un hombre que, más allá de su gran corazón, fue defensor de lo que amaba con pasión: la música vallenata, siempre dispuesto a animar una parranda, a compartir historias y a hacer que todos los momentos fueran especiales. El mismo que defendió con fervor la música de los grandes como Diomedes Díaz, ‘Poncho’ Zuleta y Jorge Oñate. Sabías que el vallenato no solo era un ritmo, sino una forma de vida, una expresión de nuestro ser, de nuestra tierra.
Se ha ido también el hombre de los discursos políticos, un firme defensor del Partido Liberal, un hombre letrado y comprometido con sus ideales. Un ser lleno de historias, de anécdotas que nos hacían reír, reflexionar y, sobre todo, aprender. Siempre con su humor inconfundible, ‘Arique’ se convirtió en un sabio de la vida cotidiana, en alguien que sabía cómo tocar el alma con una buena charla.
Queda el barrio Norte, esa callecita que tanto recorriste, y San Juan del Cesar, un pueblo entero dolido por tu partida, pero con el consuelo de saber que tu legado seguirá vivo en cada rincón que tocaste. ‘Arique’, el amigo que mi padre Encanto me dejó, el amigo que siempre tuvo una sonrisa para todos, el que hacía de cualquier encuentro una fiesta, hoy nos deja físicamente, pero nunca nos dejará en espíritu.
Que descanses en paz, amigo querido. San Juan del Cesar siempre te llevará en su corazón, y nosotros, tus amigos, te llevaremos en el nuestro, acá está tu médico del veinte como solías llamarme con el corazón dolido recordándote con una sonrisa, como solo tú sabías hacer.