El gobierno de Venezuela condenó este lunes el traslado de más de 200 migrantes venezolanos desde Estados Unidos a El Salvador bajo la Ley de Enemigos Extranjeros, una medida impulsada por el expresidente Donald Trump. La administración de Nicolás Maduro calificó esta acción como un «vulgar secuestro» y denunció que se ejecutó sin garantizar los derechos humanos ni el debido proceso de los afectados.
Así lo confirmó el jefe negociador del chavismo, Jorge Rodríguez, quien sostuvo que ninguno de los venezolanos deportados ha cometido delitos en El Salvador ni en Estados Unidos, asegurando que se les negó el derecho a defenderse legalmente. «Se les ha negado el derecho al debido proceso», afirmó Rodríguez, criticando la medida como «ilegal, anacrónica y violatoria de la Carta de los Derechos Humanos».
El domingo, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, anunció que, en aplicación de la Ley de Enemigos Extranjeros, más de 250 personas presuntamente vinculadas con la banda criminal Tren de Aragua fueron enviadas a El Salvador. Esta norma permite detener y deportar a ciudadanos venezolanos mayores de 14 años que, sin ser residentes legales, sean considerados parte de esta organización delictiva.
Rodríguez sostuvo que la decisión de Trump representa «el secuestro de niños de 14 años» y de venezolanos sin garantías legales. Además, comparó la situación con «las condiciones inhumanas» a las que fueron sometidos los africanos en los barcos de esclavos.
Finalmente, el gobierno venezolano reiteró su rechazo a esta política y exigió a la comunidad internacional que se pronuncie en contra de lo que considera una violación de los derechos fundamentales de sus ciudadanos.
Mientras tanto, las autoridades salvadoreñas, lideradas por el presidente Nayib Bukele, han manifestado su disposición a encarcelar a los deportados, en el marco de su política de seguridad contra el crimen organizado.